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Francisco Velasco. Abogado e historiador

GRIPE “A”

A la ministra de Sanidad del Gobierno del PSOE, Dª Trinidad Jiménez, sólo una exigencia. Nada de ruego. Exigencia.

 Señora ministra: la raya que separa la información de la manipulación es la transparente objetividad. Las previsiones sobre gripe A para este inminente otoño preocupan a todos los españoles. Por tanto, en aras del interés público, usted tiene la obligación de emprender, ya, una campaña divulgativa y a la par una estrategia sanitaria que nos ilustre a todos.

  Si, por ejemplo, usted recomienda no saludar a la gente mediante el típico/tópico beso doble o el apretón de manos, no actúe de forma contraria a lo que pide. Muestre a los ciudadanos cómo manifiesta su contento o su respeto a cuantas personas le son presentadas. ¿Debemos imitar el saludo oriental de una ligera inclinación de cabeza?

  Si, por ejemplo, usted aconseja que los centros docentes –recuerde que la reanudación del nuevo curso está a la vuelta de la esquina- no deben adoptar medidas especiales, avise ahora de forma que la notificación, de tan fehaciente, vincule.

  Si, por ejemplo, existen grupos de riesgos cuyo tratamiento precisa una diferenciación específica, hágalo saber sin dilación.

  La información es un derecho fundamental. Nadie puede escamotearla ni deformarla. Este pueblo es lo bastante maduro e inteligente para entender cuanto se le explica. Las mentiras y las verdades a medias son causas de alarma social. El tema está adquiriendo una dimensión tal, que cualquier ocultación es contraproducente. Si hay engaño contumaz o ignorancia vencible, la ciudadanía demandará a usted y a su Gobierno.

  Recuerde: Gobierno de España. No, Gobierno del PSOE. Que no pase con la gripe lo que con la recesión económica. Que no había. Que los que la anunciábamos éramos antipatriotas. Y ya ve a quién se ha desvelado como antipatriota. Al mentiroso. Al que, con tal de ganar unas elecciones, rechazaba la evidencia.

  Al menos por una vez, sea ministra de España y no testaferro de los intereses de su partido. Antes nos jugábamos las pelas. Ahora, la vida. Demasiado.

  Un saludo.

 

 

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