ROSA, 10 - ZP, 0
La portavoz/portadora de Unión, Progreso y Democracia ha metido el primer gol en el minuto uno de juego. Zapatero ni ha visto el misil. Rosa Díez ha comenzado reivindicando la unidad de España y ha culpado al "señor de las mercedes" de que no pocos de los males de nuestro país se deben a la fragmentadora política territorial que él lidera. El segundo gol, por la escuadra, se produjo al acusar a ZP de gobernar un país más injusto, menos cohesionado y menos igualitario. Uno tras otros, el saco se iba llenando de goles. De los más espectaculares, el que incrustó en las mallas con un sutil toque de cabeza. "Usted y su Gobierno, -le espetó al respecto de su política lingüística-, siguen incumpliendo su obligación de actuar a favor de los derechos fundamentales, y se refugia -en un alarde de victimismo, eso lo agrega este articulista- en aspectos emocionales y emotivos". Sutileza y contundencia en la estrategia de una mujer que, día a día, va ganando autoridad porque sabe conjugar el verbo progresar de manera simultánea al infinitivo conservar, sin que ambos conceptos puedan entenderse contradictorios ni, mucho menos, excluyentes.
El contraataque de Zapatero no se hizo esperar a las primeras de cambio. Sin embargo, cuando no cuenta con guardaespaldas, él, en soledad, revela su escasez de técnica, su morigerada capacidad física y su alarmante desnudez intelectual. Lo único que hizo fue defender con pasión el sistema de las autonomías confundiendo este término con el vulgar y tópico de las "autonosuyas". Como si Rosa Díez lo hubiera cuestionado. En absoluto. La táctica rastrera de ZP es atribuir a su adversario político todas aquellas falsedades que pudieran debilitarlo a los ojos de otros equipos a fin de que éstos apoyen su diatriba de salón rosa y, de camino, le ayuden a acabar con el contrincante. Repito, él sólo no es capaz. ¡Qué puede hacer el sofista José Luis frente a la filósofa Rosa! Es la trampa de los débiles que van de gallitos. En esta ocasión, el tiro le salió por la culata.
Llegado el turno de réplica, Rosa Díez le asestó tres formidables bastonazos constitucionales en forma de fintas maradonianas y de regates imposibles. Y si no, juzguen: "Ni el centralismo ni la autonomía garantizan la igualdad" (...) "No piense en las próximas elecciones sino en las generaciones futuras" (...) "El presidente del Gobierno tiene falta de ambicón de país". El remate final, propio de una virtuosa, fue el siguiente: "Si no sabe gobernar, deje a los ciudadanos elegir". Madre mía, qué gozada de encuentro, qué disfrute de los sentidos, qué sucesión de jugadas singulares, qué contundencia expresiva, qué maestría política.
Rosa Díez ha puesto de relieve cómo el Ejecutivo es una informe mezcolanza de "puro voluntarismo y de retórica hueca". Rosa Díez ha desenmascarado al Zorro. Rosa Díez ha descubierto a los ciudadanos que el héroe hispano de leyenda (el Robin Hood español) no robaba al tirano para repartirlo entre los pobres. Al revés, subía los impuestos al pueblo para pagar a sus deudos: los artistas de la "ceja", los "cándidosméndez", los "CarodRovira", los dictadores chavistas,... Rosa Díez lo ha logrado. En unos pocos minutos, Rosa Díez ha tirado a la alcantarilla el falso talante de uno de los mejores actores del panorama teatral español: el gran ZP. ¿Cómo saldrá el Jefe de su Partido de esta humillante derrota? ¿Cómo se vengará de la intrépida heroína? A continuación.
Un saludo.
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