EMPLEO Y PARO EN HUELVA
María José García Prat, delegada provincial de Empleo de Huelva, es una de las personas más trabajadoras, más capaces y más eficientes que uno ha conocido en muchos años. Vaya esta aclaración por delante.
Pese a contar con dirigente de tal entidad, el paro en Huelva ha aumentado algo más del dos por ciento, lo que se traduce en una cifra que hiere y lacera: alrededor de 900 personas más han perdido su trabajo y se suman a las 44.000 que ya estaban en paro en nuestra provincia. Que se atribuya este repunte del paro al final de la campaña agrícola, no deja de ser una explicación, pero no una justificación. Que se trate de argumentar que, durante los tres meses precedentes, Huelva rompió la tendencia de la crisis, constituye una pobre excusa. Que el precitado aumento del paro ha sido notoriamente inferior al de junio del pasado año, es una verdad estadísticamente objetiva, pero eso del "mal de muchos, consuelo de ..." , debe aplicarse a quienes se consideran puntos suspensivos. Que si seguimos las estadísticas, comprobaremos que el número de afiliados a la seguridad social ha disminuido más del cuatro por ciento, lo cual nos lleva a concluir que no sólo se pierde empleo sino que tampoco se crea.
¿Es atribuible a la delegada de empleo este relato circunstanciado de hechos? Desde mi punto de vista, en absoluto. El problema no radica en la Delegada, sino en el Consejero. Y no sólo en el Consejero, sino en el Presidente de la Junta. Y no sólo en el Presidente de Andalucía, sino en el del Gobierno. La cúspide de la responsabilidad hállase en Zapatero, muy preocupado el hombre por ver cómo para contar con sus votos, los nacionalistas radicales de Cataluña se van saliendo con su intención de desgajarse -con prisa y sin pausa- de España. Que aumenta el paro, como si llueve, que ya escampará. Que Garoña se cierra, la patata caliente se posterga algún tiempo. Que suben los impuestos, que suban.
El Consejero de Empleo debiera llamarse Consejero de Desempleo y, como mucho, de Formación para enmascarar las cifras del paro y, de paso, llenar las arcas de unos allegados de los Fondos de Formación que, aunque no sean funcionarios, disfrutan de unas prebendas muy superiores -extraordinariamente superiores- a éstos. Mas por mucho que lo intente, por millonarias que sean las cantidades destinadas a formación, por repetitivos que sean los demagógicos mensajes de recuperación, lo cierto es que, antes de que 2009 fenezca, Andalucía alcanzará una tasa de paro próxima al 30% (casi 10 puntos por encima de la media de España), lo que significa que más de un millón doscientos mil andaluces sufrirán los rigores del desempleo. En tanto, el Consejero se aferrará a su sillón y, desde el mismo, como "pontifex minimus" seguirá dando muestras de cuán dócil es para con el Partido que gobierna esta nuestra comunidad y este nuestro país.
Antonio Fernández, brillante consejero de su partido, pasará a la historia. Desde luego. No por su feliz gestión en pro de los intereses de Andalucía. Por sus servicios al Fondo de Formación. ¿Cui prodest, consejero, cui prodest? Se sabrá. Pronto.
Un saludo.
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