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Francisco Velasco. Abogado e historiador

NO A LA HEMORRAGIA DE HUELGAS

 ¿Cómo detener la hemorragia de parados? El gobierno de ZP está desbordado. Su incapacidad es, por día, más constatada. El Fondo Monetario Internacional (FMI) pronosticaba para finales de año una cifra de paro cercana a los cuatro millones. Se equivocó. Esta cifra ya se superó el pasado abril. Lo cual significa que en el último año, la economía española ha destruido casi dos millones de empleos y la tasa de paro ha pasado del 8% al 17,3%. Tan brusco incremento se traduce en un ritmo de 8.000 desempleados más cada día. Sangre obrera que se derrama sin que a nadie se le caiga la cara de vergüenza.
 ¿Y qué dice el líder de Comisiones Obreras, el señor Fernández, Toxo, ante tan espeluznantes datos? Su respuesta ha sido la siguiente: de los 16,6 millones de contratos laborales que se firmaron en 2008, cerca de 15 millones eran temporales. Ello explicaría, a su juicio, la singularidad de la crisis. ¡Toma del frasco! En cualquier caso, ni él ni Cándido Méndez (el alter ego de Zapatero en la UGT, la correa de transmisión del PSOE) están dispuestos a admitir la provocación de Ferrán (el baranda de los empresarios) de flexibilizar todavía más el despido. El Gobierno se harta y se jacta (carece de un mínimo sentido de ridículo) de adoptar medidas que frenen la sangría pero todas ellas se revelan ineficaces. El problema del gobierno español es que del triple principio del saber, querer y poder, sólo da la imagen del querer, pero como no tiene ni idea de lo que se cuece, no puede hallar la solución torniquete. Si acaso, el único torniquete que aplica es al cuello de los trabajadores, produciendo el ahogo de una población que, hasta ahora, como los corderos, se muestra silenciosa y ovina. El propio diario "El País", tan cercano a las prédicas socialistas, no tiene complejo al denunciar la anorexia económica y la inepcia del Gobierno de España.
 ¿Es la huelga general la solución? Este articulista entiende que no. Si su convocatoria tiene como objetivo hacer llegar a Zapatero el descontento de la población, me parece absurdo porque el Jefe del PSOE no es que no se haya enterado, es que tampoco se sentirá aludido por ingente que fuere el número de huelguistas. ZP ignora lo que le desagrada y su ignorancia actual es supina. Si con la huelga se pretende advertir al Gobierno que las medidas tomadas sólo benefician a los banqueros, pero no al pueblo, saldrá a la palestra la señora De la Vega, para rematar una faena de aliño con el estoque de atribuir a Aznar la causa de todos los males presentes y futuros. Si la huelga tiene vocación de aldabonazo, cosa inútil ante un Ejecutivo repleto de sordos que el sordo se hacen para negar que alguna vez escucharon el clamor de los ciudadanos.
 Una huelga general comporta el paro en la mayoría de los sectores productivos de una economía maltrecha. ¿Qué sector será el adelantado, el de transportes, el de alimentación, el sanitario, el educativo...? ¿Qué credibilidad merecería una convocatoria propiciada por UGT y CC.OO. cuyos líderes han dado muestras cumplidas de su zapaterismo extremo? ¿Acaso pretenden añadirse a los artistas de la "ceja" en su función simuladora y/o encubridora para seguir chupando del bote a manos llenas? Que la huelga es un derecho constitucional fundamental amparado en el artículo 28 de nuestra Carta Magna, no se duda. Lo que este articulista pone en solfa es la conveniencia de la misma, pues un parón de esta magnitud tendría consecuencias muy negativas para nuestra enfermiza industria y nuestro debilitado comercio, y en cualquier caso, la experiencia nos demuestra que la mayoría de las veces el resultado de la huelga es la nada. O peor que la nada, la negación de la esperanza a salir de esa nada.
 La solución no es la huelga. La solución es la reivindicación constante de la luz, la protesta sonora pero cívica y pacífica, la solicitud de medidas eficientes y lógicas, la exigencia de un gobierno capaz, la presentación de mociones de censura parlamentaria, la necesidad de un cambio democrático refrendado en las urnas. Sólo por esa senda se puede transitar ante un Presidente inane, vacuo, huero, vacío, inepto, inútil.
 La solución es trabajar para producir y producir para crear trabajo. No tiene Zapatero la solución. No la puede tener porque Zapatero es el problema. El problema.
 Un saludo.

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