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Francisco Velasco. Abogado e historiador

POR ACLAMACIÓN

POR ACLAMACIÓN

De esta forma se hace eco casi toda la prensa española de la unanimidad alcanzada por el Comité Director del PSOE de Andalucía, en su calidad de máximo órgano del Partido entre congresos, para proponer a Griñán, José Antonio, como candidato a la Presidencia andaluza. Este órgano colegiado ratificaba la decisión previa de la Comisión Ejecutiva Regional del partido,  la cual, a su vez, acogía sin exclusiones la propuesta del secretario general, Manuel Chaves. Como ustedes saben, d. Manuel (no Lopera) ha dejado su reino taifa andaluz para convertirse en uno de los visires del presidente Zapatero. Que si patada para arriba, que si topito de Felipe, que si va a negociar con Montilla el reparto de la tarta autonómica, que si el feudo andalusí amenazaba ruina, que si... Créanse todo, y más, pero no desdeñen hipótesis alguna, por peregrina que les parezca. Enmarcando todas ellas, una realidad: las cosas van mal, muy mal y el patrimonio del partido hay que ponerlo a buen recaudo, no sea que mañana vengan los populares y, con ellos, la derechona.

  Reproducen los medios que el sr. Griñán ha contado con el "total" apoyo del partido y que Chaves destacó los motivos por los cuales le ha nombrado sucesor a título de reyezuelo taifa. Democracia representativa se llama eso. ¡Toma ya! La alcaldesa de Jaén, Carmen Peñalver, presidió la sesión del acto de herencia política y, como muestra formal de asepsia democrática, estuvo encantada de que todos los miembros del Comité Director, ¡en votación a mano alzada! (y criticaban a Aznar) para que nadie saliera por rumbas, expresaran su apoyo unánime al heredero político. "Andalucía se queda en las mejores manos", garantizó el ex, advirtiendo que, desde el Gobierno central, seguirá vigilando, digo trabajando, a esta tierra. Si tienen tiempo, lectores, y consultan la crónica del traspaso de poderes que realizan algunos comunicadores, hagánme saber si coinciden conmigo en la prosa edulcorada con que adornaban los periodistas del Movimiento sus crónicas de exaltación oficial del político de turno. En mi opinión, el tufo es insoportable.
 El Comité Director del PSOE me trae a la memoria el concepto de Buró Político, órgano de la mayor importancia que equivalía, en la dictadura soviética, al gabinete del gobierno. Es el politburó, en el que todo se decidía por aclamación. El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (sic) define aclamar como dar voces la multitud en honor y aplauso de alguien, pero también, en su segunda acepción, lo entiende como conferir, por unanimidad, algún cargo u honor. Quédense con cualquiera de ellas pues ambas terminan en el mismo adarve, por emplear el término apropiado a la terminología hispano-árabe.

 En la Unión Soviética, el Politburó era el máximo órgano de gobierno y dirección del Partido Comunista, si bien este nombre fue sustituido, entre los años 1952 a 1966, por el de Presidium, en tiempos de Malenkov y de Kruschev. En realidad, el Politburó funcionó como el principal órgano de toma de decisiones y control sobre el Comité Central, y definía y realizaba las principales tareas políticas. Su control sobre el Gobierno era total, puesto que todos los altos cargos eran desempeñados por miembros del partido, de manera tal que prevalecía la disciplina partidaria en el cumplimiento de cualquier orden o de la más elemental de las instrucciones. ¡Qué casualidad, EL GOBIERNO AL SERVICIO DEL PARTIDO. José Stalin pudo llegar a lo más alto del Comité Director, perdón Politburó, controlando férreamente el aparato administrativo del Estado soviético (para ello se encargaba de designar a los Secretarios/Ministros que le respondieran personal e incondicionalmente) y manipulando a sus oponentes logrando poner a unos contra los otros (usando el método de dividir para gobernar). ¿Les suena?

 ¿Qué tiene la zarzamora...? Que sus pétalos son blancos o rosados, que nacen en racimos, que sus ramas son espinosas y que está formada por muchos pequeños frutos o drupas de color rojo que, al madurar, se transforman en negros, (del rojo al negro, "Le rouge et le noir", la formidable novela de Stendhal), y que es una planta muy invasiva y de rápido crecimiento. ¿Les sigue sonando? A algunos, a música celestial. A otros, a cuerno quemado. A mí ese sonido me destroza los oídos, me cansa el alma y me tensa el espíritu. Me suele ocurrir cuando descubro el horror que se esconde bajo el rostro de la pureza que algunos goebbelsianos se empeñan en mostrarnos. Cuestión de exorcismos.

Un saludo.

 

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