DESPEDIDOS Y TIROTEADOS
El Gobierno de Rajoy oposita al trastazo más descomunal. No por esperado, dejarán de poner la cara de tontos cuando el escrutinio de las municipales repita los números de las europeas. Si es que no se enteran.
Como los millones de parados de este país no tienen bastante con su desgracia, a Montoro no se le ocurre idea peor que mantener la pitera sangrante en la frente. Los despedidos deberán pagar un canon a Hacienda. Uno puede entender que los agraciados por la lotería contribuyan, pero los desgraciados que han recibido una patada en el culo por parte del empresario, que encima tengan que entregar parte de la indemnización que les corresponda, tiene mandanga y media.
Al castigo moral de la pérdida de su empleo, el castigo fiscal del IRPF. Rajoy otorga voz y mando a ministros que no se dan cuenta de que el canuto que utilizan para hacer la o, está más arrugado que una patata podrida. Y así les sale la letra. Es lo mismo que la segunda ministerial de Wert cuando sale con la ocurrencia de la confusión entre becas y préstamos.
Una cosa es que metan la pata y otra que rectifiquen sus propias promesas. En el ocaso de Zapatero, el Partido Popular se opuso a que se tributara por el despido. Viene ahora el mentiroso de los impuestos a autodesmentirse. No nos engañaron lo suficiente con los recortes, que, aburridos, se empecinan en mostrarnos el camino hacia ninguna parte. A este paso, el fantasma del descalabro de UCD va a parecer un espíritu bueno si los otros partidos de derecha y de centro se ponen las pilas y si las izquierdas deciden aliarse.
O Montoro se quiere afiliar a la banda de Iglesias o Rajoy se ha vuelto completamente loco o la ciudadanía ha perdido la memoria. Sea lo que fuere, el vuelco va a ser de aúpa. Y es que, aparte de no ingresar por pérdida de empleo, haya que aflojar la guita, me parece un estropicio inaguantable. Que sigan así.
Un saludo.
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