FAFFEANDO, QUE ES GERUNDIO
El caso de la Fundación Andaluza Fondo de Formación y Empleo (Faffe) es una antología del disparate de la Administración Pública andaluza, de Chaves y de Griñán. Susana se libera del regodeo impúdico.
Faffe fue, desde sus comienzos, hasta que pereció, un nido de nepotes. Allí entraba la amiga, el familiar, el amante, el conmilitón. Del Psoe, naturalmente. A ver si con el “y tú más”, van a echar las culpas al Pp de beneficiarse ni siquiera un par de horas del festival del enchufismo.
Como era de esperar, un juzgado ha condenado a la fundación de las narices, en la persona jurídica del Servicio Andaluz de Empleo, a soltar casi treinta millones de pesetas por impago de alquiler.
Podemos seguir. Según me cuentan, lo de alquileres de locales para cursos de formación es otro negocio de pasta tomar. Me dicen que más de un alto directivo experto en faffear alquilaba al Fondo su propio local a cambio de un suculento adelanto dinerario. Yo me alquilo mi local y me cobro el arrendamiento con el dinero público que, a través de Faffe, me proporciona la Junta. Todo queda en casa.
Al final, nadie ha hecho nada ilícito. Errores, dicen los encartados. Maledicencias, apuran los defensores de los cobros ilegales de la UGT. Desde Cándido a la “jefa” –que no mandona- andaluza del sindicato, todos tiran la pelota contra la pared de los ciudadanos.
Nadie es culpable ni responsable de robo, malversación, cohecho o lo que sea. Excepto los del Pp, braman los psoecialistas y afines. La derecha es la mala, aunque sea más ingenua que una rana de san Antón.
La izquierda de la Faffe tiene mala suerte. Para no sé cuántos miles de millones de pesetas que tiene, por quedarse doscientos millones, los pillan con las manos en el marisco.
Mientras tanto, a faffear, que es infinitivo.
Un saludo.
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