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Francisco Velasco. Abogado e historiador

LA SEDE DE CDC

Gritos de guerra fría. En País Vasco y Cataluña, el palo se esconde bajo las banderas. El hacha, entre las serpientes. Nadie piense que la consulta del derecho a decidir es un objetivo finalista. Sencillamente medial. Las estrategias catalana y vasca tienen en común las fuerzas de policía autonómica. Pero también, no se olvide, la presencia juncal de la Guardia Civil. El ejército está pero nadie debe esperarlo.

 

Ibarretxe comprobó en sus carnes el látigo del parlamentarismo. Mas ha aprendido la importancia de evitar el mismo dolor en el cuerpo de su excompañero de andanzas. Cobardica el hombre, despreciable el político que desprecia el escenario central de una democracia. Apuñala desde lejos y vitupera en el horizonte.

 

Es el sino de los mediocres. Medianías que expulsan a los excelentes. Mindundis al fin y al cabo. Mas se está enriqueciendo al cobijo del tren secesionista. Como antes hizo Montilla y qué decir de lo que acaparó don Jordi. Algunos convierten las enseñas en trapos, en la acepción fonética francesa del término. En sábanas pintarrajeadas.

 

Qué podemos esperar de Arturo. Qué déficit económico y moral está llevando a su Comunidad si es incapaz de mantener la propia sede de su partido. Con quién se juegan los cuartos los catalanistas de pega. A dónde van los independentistas si todo su bagaje se reduce a la expresión de sus deudas. Hasta cuándo Papá Estado va a soportar las prodigalidades del hijo necio e insolidario.

 

La sede de CDC. He ahí una de las pistas. Tiren del hilo y verán la dimensión del intrincado ovillo. Al final, el embargo. A continuación, el desahucio. Confiemos que el pueblo español acreedor exija el abandono de la casa común de los catalanes golfos que, en vez de pagar lo que debían, se tiraban los millones por las patas abajo de sus canalladas.

 

Embargo. Lo de Mas es confiscación, quita, secuestro, requisa. Ni devuelve ni restituye. Simplemente defrauda.

 

Menuda gentuza.

 

Un saludo.

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