A LAS ANDADAS
Dice don Rubalcaba que el PSOE ha vuelto. Lo que no concreta es de dónde o a dónde. La respuesta es a las andadas. A decir mucho y hacer poco. A mentir con la sonrisa beatífica de los que nunca rompieron plato. A cantar las excelencias de una organización podrida y agujereada. A mantenerla y no enmendarla. A subvencionar al amigo y acribillar al adversario. A guardar la basura en el congelador de una nevera de volumen imposible. A las andadas.
El cerebro psoecialista no da para más. En el transcurso de la Conferencia Política del retorno a Saturno devorando a sus hijos, don Alfredo se ha situado entre la emergente pero vacía Susana y el deprimido e igualmente huero Felipe. Parca escolta para tan extensa travesía. No quiere darse cuenta de que el becerro de oro es el principal enemigo. Lo mismo sí se da cuenta y no quiere despegarse de tan preciado material que ha dado dirección única y doble sentido a su vida política. Lo mismo.
Y en esas andadas al barro moral, doña Susana ha resbalado. Una vez más. La señora Díaz se mueve con cara de póker entre los búfalos de la manada. Es consciente, porque lo es, de la fragilidad del cable tendido. Si se desvía un poquitín, el escrachazo va a ser de campeonato. Aparte de templar los ánimos con la Junta, ha de promover la cobertura de la corrupción institucional con millones de toneladas de olvido. La organización andaluza es la más numerosa, sí, pero también la más afectada por los temporales de comilonas, mariscadas, ferias y eventos festivaleros de todo tipo. Demasiado altura para tan corta pértiga.
A las andadas. Aunque, en sentido propio, no cabe volver a las andadas. No cabe porque para reincidir, para recaer en el vicio, es necesario haberlo abandonado. Y de abandono, nada. Se trata de una línea continua jamás interrumpida. Entonces, a las andadas, no. A no ser que entendamos andadas como huellas de caza. En cuyo caso, prosiguen la machadiana senda del camino que sí se ha de volver a pisar.
En cualquier caso, si llamamos andada al pan duro y sin miga, ahí sí que no hay tu tía. El PSOE no rebaja su hambre a ese extremo. Lo mínimo, menú de tres tenedores.
A las andadas. A lo de siempre. Popular el que no mienta.
Un saludo.
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