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Francisco Velasco. Abogado e historiador

ABOGADOS DE OFICIO

De oficio, abogado. De oficio, mal pagado. Turno de oficio y tunos de oficio. Profesionales como una casa que cobran a precio de covacha. Justicia gratuita merced a la liberalidad del letrado. Que no gracias a la instancia de la Administración.

 

El consejero De Llera no cumple con el calendario de pagos. Sin embargo, él percibe religiosamente su salario. Echa balones fuera y expulsa del campo de juego a las asociaciones de turno de oficio. La representación, en los colegios, espeta el exfiscal, que son más acomodaticios.

 

De Llera merece un suspenso. Por mal consejero y por peor político. Si como parte del ministerio público se conducía de esta guisa, algo ha ganado la justicia con su permuta temporal.

 

Por parte de los abogados de oficio, dignidad. Para decir que no. Para rechazar el escarnio. Para mostrar al poder de la fuerza institucional que la garantía del defendido está por encima de las dádivas pero por debajo de la propia supervivencia.

 

Y mientras tanto, al tajo. Los colegios de abogados, a lo suyo, que es defender a los letrados. Menos política de saludos y más política de reivindicaciones. Si no, para qué. La eterna canción del espinazo doblado ante la presencia del fuerte no debe casar con  la representación de quienes se baten el cobre en las forjas de los juicios y en los yunques de los cuarteles policiales.

 

Abogado es el llamado en auxilio. En socorro de la justicia. Que no en la justicia del socorro. Si alguien le hurta su derecho a los emolumentos establecidos, a los tribunales. O a la Fiscalía. A imagen y semejanza de la acción emprendida por la Delegación del Gobierno ante las reiteradas negativas del Colegio de Abogados granadino a prestar el servicio de turno de oficio en los tribunales. Si los políticos pueden, los abogados, también. Todos tenemos derecho a comer y a vivir.

 

Un saludo.

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