LA MAR DE MORENO
La consejera de Educación, que ya es ostentar cargo, ha venido de las vacaciones de verano con un nuevo look más atrevido. Cosas del mar y del moreno. La señora se siente generosa después del hastío estival y, complaciente, regresa al despacho ebúrneo con las mejores intenciones de agradar a la nueva jefecilla y de contribuir descaradamente al hundimiento educativo de la comunidad. Cuanto peor, mejor, nos revela la prócer psoecialista. Que Wert sitúa la nota media para becas en 5,5, ella medio punto menos y, además, pone en juego al emperador Adriano para dar nombre a la ayuda estudiantil. Nada de cónsules o pretores. Todo un emperador que de pompones ella sabe más que nadie.
La bromita de las becas low cost significará un gasto de diez millones de euros. Y qué. La consejera, cosas del moreno y de la mar, mecaschis, le quita el pan a los parados, destripa a los desahuciados y regala el dinero a la estudiantil del suspenso y del aprobado por los pelos. Las excelencias académicas se pueden ir a hacer puñetas. Son cosas de ricos, de burgueses y de familias de la derechona. Dónde va a parar el mérito de un raspón con el desquicie de un sobresaliente. Los alumnos suspendidos constituyen la esencia de la Andalucía feliz, que se despereza al alba del botellón y que se viste de cani en las aburridas jornadas escolares mientras mira a sus profesores con el desdén del señorito hacia sus lacayos. Pues nada. Es normal que los alumnos repitan curso. Total, la adolescencia sólo se vive una vez y luego el paro aguarda al personal. A vivir, que son dos días y si las huestes de Zoido llegan alguna vez a gobernar, ni se imaginan el mal trago que sufrirá la chavalería.
La mar y el moreno. El moreno de la mar. La oportunidad única de seguir chupando del bote mientras el país se revuelca en su miseria recesiva. Susanita tiene un reloj chiquitín y un gañote descomunal. PISA es un invento de los fachas de Europa. Si somos los últimos, qué. Las becas darán juego al móvil de última generación, a la motito de dos mil euros, al plasma para el cuarto del nene. Se fomenta el consumo y se genera empleo. Si es que no estamos en la mente lúcida de doña Mar la del moreno.
Ahora bien: el que quiera peces becados, que se moje el culo. El voto, para el partido. Si no, se rompe la baraja y todo el mundo a apencar en las clases. La estimulación del esfuerzo no va con esta izquierda de pegamento imedio y de abrazadera al sillón del trono. La felicidad del pueblo reside en mantener el nivel de vida fácil de sus infantes. Si no alcanzan las competencias básicas mínimas, no se acaba el mundo. Ahí tienen a don Mario, que nunca se codeó con catedráticos y miren cómo se regodea observándolos a todos por la sobaquera de su soberbia.
No hay nada más pernicioso que un loco con una escopeta. Sí. Lo hay. Dos locos. Y si se trata de toda una Junta, ni les cuento.
Un saludo.
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