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Francisco Velasco. Abogado e historiador

DISCRIMINACIÓN ZODIACAL

 
 
                Me lo temía. Algunos miércoles de mi tertulia semanal con amigos, he sostenido, frente al cachondeo de éstos, la tesis de la influencia zodiacal en mil y una facetas de la vida de las personas. La astrología es muy antigua. Su carácter científico podrá ser puesto en duda pero elementos hay que otorgan un algo, o un mucho, de credibilidad a sus predicciones.

 
                El factor económico, vinculado a la necesidad de adelantarse al futuro, ayuda a superar el grado de inseguridad que, en un momento u otro de nuestras vidas, nos invade. Es el caldo de nacimiento de miles de gañanes que utilizan el estudio de los astros para llenarse los bolsillos de estrellas. Pero los gañanes proliferan más que antiguamente las piedras de mecheros.

 
                Con todo, presten atención a China y a sus empresas. Con creciente frecuencia, los empleadores recurren al signo zodiacal de los demandantes de trabajo para determinar la conveniencia de su contratación.  Incluso en las universidade, el signo del horóscopo está determinando posicines y privilegios. Y a la hora de seleccionar candidatos a un puesto de trabajo, vayan absteniéndose los de Libra o los de Virgo según  para qué función y los de Sagitario o Géminis para la que interese al empleador. Manda narices.


    El caso es que las predicciones astrales imponen su fuerza. Da igual que hablemos del zodíaco europeo o norteamericano que del horóscopo chino.  


    Tiempos de crisis, tiempos de cambio. Tiempos de fe o de superstición, a gusto del lector. En cualquier caso, tiempo de inseguridad. Si tenemos que estar a expensas de las estrellas y, sobre todo, de sus intérpretes, Newton y demás compañeros de la ciencia dormirán el sueño de los justos porque la barbarie ha hecho presa a la inteligencia, aunque ésta no resida sólo en lo académico o en lo ortodoxo.


Un saludo.

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