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Francisco Velasco. Abogado e historiador

CASAS DE ALIMENTACIÓN

 

Carrera decidida hacia el precipicio. La Junta de Andalucía es el desgobierno por excelencia. La casa madre de los desmanes. La cueva de los alibabás de la falsa izquierda. El club de los mangantes. La plataforma de desahuciados de la vergüenza. La mesa de los chanchullos. La personificación de la maldad institucional.

 

Después de robos manifiestos, de gastos inútiles, de despilfarros de dinero público, de colocaciones a dedo, de comidas pantagruélicas y de de viajes de lujo, después de tanto dispendio, el presi y el vice de la cosa/casa crean las llamadas casas de alimentación. Se necesita mala leche. La consejera de igualdad, que me meo, mateo, ha anunciado la creación de una red para garantizar a los niños un mínimo de tres comidas diarias. Pero no les queda un resto de pudor. Con lo que han dilapidado en ordenadores, en asesores de la nada, en cocaína y licores, en cochazos y sueldos de banqueros, Andalucía se movería en las fronteras de la riqueza. Si hubiesen destinado el dinero de los EREs a la creación de empleo, el número de parados sería notoriamente menor. Si eliminasen las subvenciones, las oficinitas, las empresas públicas, las arcas tendrían dinero suficiente para emprender y prosperar.

 

Pero no. El presi y el vice se visten el uniforme militar de Chávez y el sombrero de paja de Maduro y se ponen a jugar a redentores del mártir que ellos asesinaron. La justicia ha sido muerta por los mismos sujetos que ahora quieren erigirse como apóstoles de la caridad. Y tras ellos, la turbamulta de aprovechados, gorrones, enchufados y familiares miles que se congregan en esta maraña de golferías.

 

España anda mal. Muy mal. Sin embargo, tiene solución incluso con este gobierno. Andalucía, no. Más de treinta años ininterrumpidos de canallería crean llagas incurables a corto plazo en la dermis y en las vísceras de su cuerpo social.

 

Las casas de alimentación se venderán en el canalsur de la miseria. Qué buenas son las monjitas que nos dan de comer y los curitas que nos llevan de excursión. Vivan el presi y el vice. Ellos no se proveerán de los víveres de pobres. Se conforman con las delicatesen de caviar, pata negra, bogavantes, manjares de cocina de última generación y los mejores caldos del mercado internacional.

 

Casas de alimentación. Me cisco en vuestras pútridas conciencias. Se nota el cabreo del articulista, eh!

 

Un saludo.

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