EL FONDO DE LA CRISIS DE CHAVES, EL DE MATSA
El Foro de Davos (Suiza), que reúne a los principales líderes políticos y económicos del mundo, se mostró muy pesimista sobre la duración de la crisis económica y sobre el coste social de la misma. La declaración se produjo a finales de enero de este año. Admitido el carácter internacional de la crisis, se refrenda su singularidad española.
La crisis mundial era, en nuestro país, una simple desaceleración económica. Antes que en sitio alguno, la ministra Salgado, colocada para suplir a Solbes, hace furor con la expresión "brotes verdes" que nadie percibe. El proteccionismo económico, que se rechaza como medida exclusivista, adquiere en España esplendor social. Con tal de disminuir las malhadadas listas de la ingente tasa de paro, Zapatero se lanza a una frenética campaña de planes "E", de subvenciones a empresas que amenazan cierre y de cursitos de formación. Miles de millones para maquillar una realidad que a todos desespera. No se invierte en crear empleo. Se gasta para esconder el paro.
En tal preocupante contexto, el señor Chaves, subvencionador oficial de MATSA, ex presidente de la Comunidad Andaluza y actual vicepresidente tercero del Gobierno del caudillo Rodríguez Zapatero, nos ofrece a todos un titular impagable: "La crisis prácticamente ha tocado fondo" por más que se cure en salud y agregue: "vamos a tener meses duros, sobre todo en caída de empleo y aumento del paro, especialmente a partir de septiembre". Las dotes adivinatorias del señor Chaves son tan inocuas como su capacidad gobernante. El peor de los analistas económicos, que puede ser este articulista, puede acreditar las estrecheces de todo tipo que el inminente otoño nos va a deparar.
Si Chaves afirma que la crisis ha tocado, prácticamente, fondo, tengan por seguro que ese fondo es arena movediza. Para salir de la crisis, es elemental detectar las causas que han llevado a este indeseado fenómeno. Si no se extirpan los factores de la perturbación (las flores del mal, que decía Baudelaire), no se superará la crisis. Parecerá que sí. Será que no. De nuevo esconderemos la basura bajo la alfombra y demostraremos hasta qué punto los cirujanos del PSOE obtuvieron su título en una tómbola y que ni al azar ni a la golfería se puede confiar la supervivencia económica de nuestro país.
Empercochado y empercudío -permítanme el modismo andaluz- está el patio. Por más tapices que cubran el suelo, la suciedad se huele aunque no se vea. Panda de porqueros.
Un saludo.
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