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Francisco Velasco. Abogado e historiador

LOS ESCRACHES DE DOÑA ELENA

 

 Doña Elena Valenciano manda un montón en el Psoe. Es Vicesecretaria General del Partido en el que Rubalcaba pega sus últimas boqueadas políticas públicas. Que no las privadas, porque los faisanes y otros negocios turbios condicionan muy mucho su quehacer futuro.

 

Bueno, pues la señora Valenciano, socialista de pega y feminista de corta, de corta estatura, lanza de nuevo sus dardos contra el Gobierno y agrega la enésima estupidez verbal a su cargado glosario de mensajes sin fundamento. Esto es: los crueles y violentos escraches que, desde hace años, protagonizan grupos de fanáticos ante las puertas de clínicas abortistas. Desde hace años, o sea, en pleno período de desgobierno de la pléyade anti-ilustrada de la gente de Zapatero. Pues nada, cargue, señora, contra su otrora jefe y pídale explicaciones de cómo actuó durante el septenato. En ningún caso atribuya a Rajoy nada relacionado con esta práctica acosadora, amenazante e intimidadora que perpetran  determinados grupúsculos bien subvencionados para alterar el orden, alarmar a la población, sacar las macetas de su tiesto y poner a la sociedad en el umbral del desquiciamiento colectivo.

 

Si lo de las clínicas abortistas es cierto, repito, váyase con la música desafinada a la ventanilla de su partido. Que los españoles estamos hartos de cínicos redomados y de hipócritas bien pagadas. Que bastante tenemos con la carga de tantos millones de parados en la cual, el Psoe tiene mucho que decir y todavía más que callar.

 

Es que son los protagonistas de todo acto que tienda a socavar los cimientos de la concordia nacional. Allá donde ellos no gobiernen, ponen las bombas dialécticas de la batalla. Cuando les toca el turno del poder, dan la vuelta al calcetín, se cambian de chaqueta y enfilan la cuesta Moyano en sentido descendente.

 

Las palabras de doña Elena sí que son un escrache continuado y torturador contra quienes conservamos un poco de memoria y contra los que no soportamos que insulten el mínimo de inteligencia que nos queda.

 

Un saludo.

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