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Francisco Velasco. Abogado e historiador

LO DEL PSOE DA MIEDO

 

 Hay gente y gentuza. Hay personas honradas y golfos irredentos. Hay políticos que cumplen la ley y dirigentes que escupen en ella. Y con todos ellos hay que aprender a vivir. Con todos. Con respeto pero sin familiaridades que excusen su miserable condición.

 

Una vez más el Psoe de Huelva toma un protagonismo vergonzante. Recojo la publicación de la prensa local, independiente del partido de Mario, sobre La Zarza. No sobre Vicente Zarza, que esa es otra. Sobre la localidad cercana a mi querida Calañas.

 

El alcalde de La Zarza-El Perrunal es miembro del Psoe y militante de UGT. Se apoya en dos de los pilares de la desgracia moral de España. Este señor se prejubiló con 44 años merced a una póliza financiada desde el fondo de reptiles. Con 44 años el hombre. Podía tratarse de un trabajador marcado desde edad temprana por la dureza de la mina. Podía, pero este hombre, a tenor de los informes, no ha visto la mina ni en fotografías. Podía tener derecho, pese a todo, a las bonificaciones contempladas. Podía, pero al susodicho señor no le correspondían. Podía. UGT y CC.OO. también podían. Pero no pudieron.

 

El Partido de Chaves y de Griñán también podía. Pero no pudo. Mario Jiménez podía, por una vez, dejar de mentir, pero su instinto mendaz le supera, le desborda. Patología multirrepetida si se quiere ser alguien en su organización. Podía, al menos, callar. No, si quiere que los delatores internos no suelten la lengua y los vómitos manchen su hoja de servicios. Por más que el Instituto Nacional de la Seguridad Social informara que el señor alcalde no reunía los requisitos para prejubilarse, don Mario invoca la legitimidad del acto y rechaza cualquier aprovechamiento espurio. Los únicos tuertos morales, señala don Mario, son los trompeteros de la plumilla, sobre todo los periodistas de El Mundo. Al socorro del jefe Jiménez sale el repiquetero Gómez. Don Luciano justifica que Dios es dios y que el Demonio es el demonio según sople el viento por el norte de la contaminación o por el sur de la corrupción. En cualquier caso, nos tranquiliza, el alcalde no pasó de simple oficinista y sus pulmones jamás se ofrecieron a la belleza letal de la pirita.

 

Mario permanece, al arreciar la tormenta, a cubierto. Ya escampará, repite, cual un Felipe movido a pilas. Mangoneo, no; mangoneo, no. La culpa, del PP. La culpa, del PP. Rajoy, derecha; Rajoy, derecha.

 

El fondo de reptiles es una pestilencia. Sin embargo, para hedor, el de los psoecialistas que lo crearon y el de los psoecialistas que se beneficiaron del mismo. La peste de los hechos y las palabras mefíticas. Le quitan el dinero a los parados y lo reparten en bacanales. Tendrán poca vergüenza.

 

Las acciones del Psoe dan asco, es verdad. Pero la repugnancia puede vencerse. Más difícil de dominar el miedo. Uno tiene auténtico pavor a que esta Andalucía que me vio nacer y crecer siga, de nuevo, en manos de una banda con tintes mafiosos. Justificar que un camarada de partido cobre cientos de miles de euros por la cara es más propio de un criminal de la palabra que de un palabrero criminal. El infierno dantesco de los millones de parados exige una rectificación.

 

El Psoe da miedo. El 25 de marzo, los electores tienen la opción de mandarlo al averno. De esa manera, acaso algunos podamos creer en el cielo. Ellos, que sigan mintiendo sobre Invercaria. A este paso, vamos al cielo. Ellos, al maldito infierno.

 

Un saludo.

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