DESPACIO, DESPACITO
Los amantes heridos están que bufan. La prensa, la radio y la televisión del Movimiento Psoecial tiran a matar. Están al acecho. La pieza a batir es el PP. Por fortuna para la democracia, aunque sea evidente que ha faltado a su promesa de no subir impuestos, las medidas tomadas por el Gobierno de Rajoy son de izquierdas. El aumento de la fiscalidad respecto al IRPF será progresivo y progresista, pero de liberal tiene poco. Los medios del partido de Rubalcaba atacan al sujeto pero olvidan el objeto. Cosa lógica en quienes se autotitulan independientes aunque de libres sólo tengan la capacidad de bascular el plano horizontal hacia el sol que más calienta.
Con lupa. Los movimientos de los nuevos ministros van ser escudriñados con la minuciosidad del analista químico. Ayer se atacaba la ley Sinde y hoy se defiende la ley Wert. Todos elogiaban en 2007 la ley del suelo, pese a su carácter intervencionista, y pocos se hacen eco en 2012 de la decisión de Rajoy de prorrogar la actual valoración del suelo urbanizable. Los grandes beneficiados, los bancos. El dinero surca mares desideologizados si bien surfea sobre olas que vienen de la derecha o de la izquierda. Las finanzas siguen instaladas en la base de la recesión. La confianza que inspira el Gabinete de Rajoy ha despertado ligeramente a la Bolsa. Nada de campanas al vuelo. La cosa está mucho peor de lo que todos presuponíamos por más que lo temiéramos.
Lo del déficit seis era una entelequia. El ocho se aproxima más a la realidad. La hemorragia brotaba por una herida más ancha de la marcada. La lesión afecta la integridad de las paredes del vaso financiero. Demasiada pérdida de sangre e ineficaces mecanismos de hemostasia. Montoro y De Guindos deben atender la vasoconstricción a la vez que agregar plaquetas y coagular el rojo líquido viscoso. Los tres niveles de la Administración han de reducirse a uno. El tres por uno funciona cuando se ahorra. Para malgastar, ya hemos tenido siete años de desajuste protagonizado por el recepcionista del collar de Isabel la Católica.
Los españoles vamos a pedir a los reyes magos el fin de la crisis y de la sangría del paro. Al mismo tiempo, solicitamos a los zapadores de la Oposición que no llenen de minas mortíferas el campo de moviemiento del Gobierno. En dos semanas no se arreglan los destrozos de los zapaterianos. Ni en un año. Los monos aulladores deben contener la laringe. Los “rajoyanos” son la única esperanza que nos queda a los españoles. Que no escandalicen ni consignen soplapoyeces. Más les valiera haber denunciado los desmadres y las corrupciones de los beneficiados por el “onceme”. Entonces, como muertos bien vivos. Ahora como vivos bien muertos de unto oficial.
Despacio. Vísteme despacio que tengo prisa. PRISA y Roures. Público y País. Ser verdad que no mentira. Que los rayos de la maldad no confundan más de lo que ya embrollaron. Como dicen las sagradas escrituras, que muchos enardecidos no vean la paja en ojo ajeno e ignoren la viga en el propio. Muy despacio. Sin Prisa. Público, sí, pero con dinero privado. Con subvenciones, cualquiera es Cuba.
Qué tal si dejamos trabajar al Gobierno. Despacito y buena letra.
Un saludo.
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