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Francisco Velasco. Abogado e historiador

EL BÚNKER


El fortín psoecialista de Andalucía es el último bastión de la banda. San Telmo exhibe su hermosa fachada barroca para ocultar tras ella el refugio de reptiles que buscan protegerse de los bombardeos de la justicia. Allí resiste el grupo del infame heredero de Chaves, combatiendo cualquier cambio. En su interior, los nostálgicos de la dictadura estalinista apuran los últimos cartuchos de su vida disipada al servicio de los intereses personales. El búnker.

El búnker de Griñán y compañía se desmorona. Se hunde. Su ley cemento de reordenación/desordenación del sector público andaluz ha sido atacada por los funcionarios y paralizada por los tribunales. Las fundaciones y empresas públicas tapaderas, creadas bajo la marcha nupcial del enchufismo, se retiran a los cuarteles de la nada. La Juntabanda ha pisoteado el Estado de Derecho, entienden los jueces. Lo que los magistrados no han considerado es que el despreciable hecho no es un caso aislado, sino que forma parte de un dictatorial modus vivendi. El búnker.

No es que los actos de la cueva de Aligriñán sea nulos de pleno derecho o que sean producto de una norma anulada. No. Constituyen, de inicio, un vicio de legalidad que vulnera los derechos fundamentales de igualdad. Ilegalidad y desigualdad que se manifiestan de manera indecente en la trama de prejubilaciones fraudulentas descubierta en expedientes de regulación de empleo (ERE) financiados con fondos autonómicos. A falta de fundamentos probatorios que demuestren la inocencia de Griñán, Mar Moreno acusa a la Juez Alaya de cometer errores de bulto en la instrucción. Lo de siempre. Cargarían contra su propio padre si éste osara desvelar la red de financiaciones irregulares que han ido tejiendo durante años. El búnker.

Las elecciones del pasado domingo han propinado tal revés al partido/secta matriz que la sucursal andaluza, la más importante del sistema, está poniendo todo el tinglado patas arriba. Papeles comprometedores, fuera. Por toneladas. Ordenadores de última generación, sin disco duro y sin rastro de actividades delicadas. A centenares. En caso de duda, se sustituye el intranet de lujo por un internet de juguete. Los investigadores no deben tener acceso a lo realizado. El tiempo juega contra ellos. La campaña de desapariciones masivas ocupará días y noches. Treinta años de poder omnímodo tienen la contrapartida de treinta días para llenar las valijas diplomáticas. A toda prisa. El búnker.

Las cosas andan bien jodidas, con perdón. En su desesperación, un asesor de la Consejería de Innovación -qué gracia- ha remitido desde su correo oficial y con el dominio “juntadeandalucía.es” un mensaje que alecciona sobre cómo actuar contra el PP. El esbirro le ha puesto incluso título: “Tenemos cien  horas para pararlos”. Es que están acollonados. Una vez más utilizan lo público en beneficio privado. Si es que no tienen vergüenza. El asesor de marras y grilletes introduce torpedos de terror psicológico en los votantes. EL PP, dice, recortará todo, desde sanidad a dependencia. Por eso, agrega, “hay que votar socialista porque somos los únicos que garantizamos el Estado del Bienestar”. El búnker.

A partir de ya, el asalto al búnker fascista de Griñán y los suyos debe ser una prioridad. Nadie piense que defenderán la Junta como si se tratare de El Álamo. Estos tipos son valientes con las metralletas de las instituciones en la mano. Cuando temen cercano el peligro que se cierne, se “desparraman” por las patas abajo. Los canallas son así y no de más carnes. Fuera el búnker.

Un saludo.

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