ROMÁN PALADINO
“Quiero fer una prosa en román paladino/en el qual suele el pueblo fablar a su veçino...”. Gonzalo de Berceo. “Yo, Gonzalo por nomne, clamado de Berçeo, de Sant Millán criado, en la su merced seo...”.
Román paladino. El riojano medieval depuró la lengua castellana. Vaya, que se alejó de los cultismos de la clerecía y se acercó a la lengua de los juglares, que no es sino la del pueblo. Vaya, que en lugar del término corrupto, empleó el de chorizo para designar a los que robaban a los pobres para dárselo a los ricos. Vaya, que no escribía “carretera sin señalización horizontal”, sino “carretera sin pintar”. Vaya, que al pan, pan y al vino, vino. Vaya. Que como se chotea Antonio Burgos, en España se está estudiando filología tertulianística en vez de practicarse charlas de taberna o conversaciones de puticlub. O como Juaristi “gongorinea” al referir que el Gobierno no cantará la canción de la palinodia cuando en realidad bastaba afirmar que el gobierno no se retractará con lo de Bildu. Ay, la riqueza del castellano hace cultos a los que adolecemos de genio y posterga a la condición de simples a los que poseen la ciencia de la comunicación con el pueblo sabio y llano de aldeas, pueblos y barrios urbanos.
Largo exordio, pardiez. Prosaico coñazo, joder. Todo para presentar la noticia archirrepetida del año. Que un organismo público de la Junta de Andalucía está acusado de malversar fondos públicos por la Fiscalía. Se sospecha de un tal Fernando No Sé Qué y de un alto funcionario de Educación apellidado Cuánto Sé. El Ente Público de Infraestructuras y Servicios Educativos es el medio para trincar más de seiscientos millones de pesetas. Que, en propiedad, pueden ser malversadores, bueno. En román paladino, ladrones de corbata y carnet. En tanto, Hacienda, que detecta la falta de veinte céntimos de euro en la declaración fiscal de cualquier mileurista, no se ha enterado de la desaparición de una burrada de billetes de curso legal. Y la Fiscalía ha tardado la tira de años en denunciar lo que era un secreto a voces.
Hace dos décadas, este que les escribe ya denunció que la Delegación de Educación de Huelva era el patio de monipodio. Cursitos de formación bien pagados y mal administrados; asesores de la vergüenza que cobraban dobles sueldos por el mismo trabajo; obras públicas no acabadas y remuneradas a precio de lujo; responsables directivos que colocaban a dedo a amigotes pandilleros; falsificadores de documentos públicos que engañaban a la propia justicia; destructores de pruebas que siguen haciendo de su oficina pública un corral de gandules; generadores de deudas eternas... La poca vergüenza y la nula honradez sentaron cátedra en muchas instituciones oficiales. A tal punto, que yo digo: la coordinación provincial de formación de la Delegación de Educación de Huelva jamás podrá recaer en la candidata que reúne los mayores méritos y capacidades para esa función. Cómo que por qué. Porque con esa señora en el referido puesto no se escapa un céntimo ni se otorga una prebenda ni se escaquea un miserable.
En román paladino. Se busca cargo público. Absténgase la gente honrada y capaz. En román paladino: el imperio del Psoe acumula tanta mierda que se necesitarán lustros para dejar los despachos como los chorros del oro.
Un saludo.
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