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Francisco Velasco. Abogado e historiador

MUERTOS EN GUERRISTÁN

 

 Quien a hierro mata, a hierro muere. El coro anti-Aznar con motivo de la intervención española en la guerra de Irak se escuchó en todos los rincones de nuestro país. Una multitud de ciudadanos mostraron el ultraje de un acto que ellos consideraron indigno y, por tanto, lamentable. Esgrimían la consigna diseñada ad hoc por los jerifaltes goebbelsianos del zapaterismo. Aznar, asesino, gritaban desaforados. Aznar, criminal de guerra, vociferaban. La ONU no aprueba la medida.

 

Afganistán es la otra cara de la moneda trucada. Tocó a Zapatero lidiar con este morlaco. Al efecto, se valió de una muleta, intervención de paz, y de una espada, la aquiescencia de Naciones Unidas. A partir de sendos instrumentos, hala, soldados para el país asiático y, toma ya, militares muertos o heridos de regreso a la patria.

 

Los últimos, ayer mismo. Los penúltimos, no hace ni un mes. Y así, en una campaña de mentiras institucionales sin precedentes, nuestros hombres cumplen en el territorio de los talibanes su increíble misión de paz. Precisamente porque hay paz, el ejército deja allí la vida de sus integrantes. Es la coronación de la imposible palinodia.

 

Los psoecialistas no se retractan de sus maldades del mismo modo que los malhechores no admiten sus fechorías. Insisten en que Afganistán necesita a España y España no puede defraudar a Obama. A Bush se le cuelga del mástil. A Obama se le ofrendan vidas. Vidas de nuestros conciudadanos. El sumo sacerdote, Zapatero. La gran vestal, doña Carme.

 

Es inútil hablar con una pared. Sin embargo, aunque no hay respuesta, sí expulsamos los demonios familiares que nos incendian el alma. Nos conformamos con echarlos fuera siquiera mientras nos cabreamos. El PSOE actual es una jaula de tigres hambrientos. Si ellos dicen que lo de Afganistán es un mandato del Consejo de Seguridad, los padres de los asesinados se acuerdan de los felinos salvajes y de su parentela. A la par, susurran conmigo: nuestros hijos han muerto en Guerristán. Guerristán.

 

Los soldados españoles son asesinados en Guerristán. Mientras esto ocurre, Rubalcaba prosigue su tournée electoral. Y ríe, ríe, ríe. Nosotros lloramos, lloramos, lloramos, entre otras muchas razones, por el asesinato impune de nuestros compatriotas en el territorio que algunos llaman Afganistán y que este articulista bautiza como Guerristán.

 

Honor a quienes fallecen por la patria. Desprecio hacia los que mandan a los jóvenes a una muerte casi segura. En misión de paz en Guerristán. Valiente canallería.

 

Un saludo.

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