GIMENO QUE NO JIMÉNEZ
Mi hermano José Antonio, tengo otros no crean, me envía un correo electrónico en el que me invita a leer el comunicado de Ángel Gimeno. Gimeno es alto cargo del Psoe de Madrid. Abandona el grupo. Deja la secta. Tiempo ha tardado el hombre en percibir el horror interno. Comulgar con ruedas de molino de la inconsistencia de Zerolo o Zapatero, ya es. Intentar imbuir un poco de sentido a Pajín o a Bibiana, ímproba tarea, pardiez. Eso sí, llevar a José Antonio Alonso a terrenos de respeto, supone adentrarse en el averno.
La cúpula del Psoe es una pirámide invertida. En su cúspide se sitúan miles de gusanillos que, al darse la vuelta la figura, se hallaron, de pronto, en las alturas celestes. En cambio, los tres “maolillos” que planificaban desde lo alto, han pasado a ocupar la base más inestable. Es difícil invertir una pirámide regular. Complicadísimo. Sin embargo, Zapatero lo ha logrado. Cómo será esta larva política que, sin llegar a mariposa, revolotea entusiasmada. Todo contamina, es verdad. Pero sabido es que el gorgojo se alimenta de carne muerta o en descomposición. Esto explica su agosteño festín. Ha fagocitado la corrupción de su entorno hasta el hartazgo. Así está el hombre.
El poder del partido se tambalea al ritmo que la Kéops se sostiene sobre su vértice. Un viento del este tumbará el poliedro sobre otra de sus caras. A poco tardar. Las elecciones del 22 de mayo confirmarán el secreto a voces. El presidente crisálida entra en el período final de su maléfica carrera política. Cuanto toca, lo convierte en estatua de excrementos. La democracia que él surcó, nunca fue dictadura mayor. La monarquía que el nieto del capitán nos deja, jamás vivió peores momentos de popularidad. La república que el marido de Sonsoles soñó, difícilmente pudo caer tan bajo.
Gimeno, don Ángel, se ha percatado, al fin, del clamor del pueblo. Miseria en el partido. Pus en sus heridas. Metástasis cancerígena de la peor especie en sus órganos. Tarde, Gimeno, muy tarde. No obstante, introdujiste la mano en la llaga y observaste que el señor era un dios de barro blandengue. Vivir de la política y para la política tiene su aquel. Los travestis visten ropas del sexo contrario. Lo saben y son felices. El travestismo político acarrea enfermedades respiratorias por la ansiedad. Rubalcaba y Bono se creen de izquierda y se colocan túnicas de derecha. Son la derecha más alienígena y mortal. Infaman la idea de la derecha de Rajoy o Aznar. Los de derecha son honrados. Se atavían con lo que tienen y no se emperifollan con los abalorios de Guerra o de Valderas.
El disco solar momifique a estos egipcios de perfil bajo. Súbditos de una vida breve que confían en la longevidad dichosa de la ultratumba como única explicación de su existencia. La pirámide debe volver a sus fueros. La base ancha y plana. La cumbre puntiaguda, mirando al cielo. En tanto Mario Jiménez siga encaramado a la balaustrada del piso superior, la política psoecialista será el lodazal que recoge todas las deposiciones de estos sujetos. Y si Petronila,… Con Barrero,.. Chaves de vicepresidente y Griñán de… De qué va Griñán. Ya. De ciego del pícaro Jiménez, Mario. Pues que tenga cuidado. Que Mario es tan de fiar como una cobra escocida.
Bien por Gimeno. Más vale tarde. Mal por Jiménez. De qué va a vivir el hombre cuando las aguas tornen a su cauce. Por carecer, hasta de ética. Por no tener, ni respeto. Por adolecer, de moral. Por presumir, de poder. Es el eterno yo del rinconete. El cortadillo se lo zampó al principio.
Un saludo.
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