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Francisco Velasco. Abogado e historiador

CONSUMATUM EST

 

Se consumó. Se ejecutó. Se perpetró. El Parlamento de Andalucía no representa a los andaluces. Apodera al Psoe. Su mayoría absoluta, legítima e indiscutida, no le concede bula democrática. De ningún modo. La Izquierda Unida de Valderas se ha lavado las manos. Como Pilatos. Que rematen a los funcionarios. IU no se mete. Si despedazan al débil, que muy bien. Para adular, al poderoso. A los trabajadores los defiende la derecha. El Partido Popular, la denostada derecha que adelanta por la zurda a la degradada izquierda, se ha opuesto al Decretazo de Griñán.

 

A partir de ahora, el Psoe enarbola el pendón de su democracia de alcoba para prostituir, todavía más, el sentido de grandeza de la voluntad del pueblo. Habla, pueblo, habla, cantaba Jarcha en los momentos dulces de la modélica Transición. Habla, pueblo, pero poco y suavecito. Sin pasarse en la expresión y morigerando el gesto. Como a un cornúpeta templa el Parlamento a la ciudadanía. Al natural en la diestra, tiene mérito. La muleta en el zurdo no es natural. Es ventaja.

 

El Psoe ha ejecutado al derecho administrativo y en volandas pútridas ha lanzado los derechos y sentimientos de los funcionarios. Prestigitadores de Boja, se han sacado de la chistera una ley de cobertura del fraude. El Decreto de requeteordenación del sector público ha sacado del templo de la democracia un mustélido tipo visón al que han arrancado la preciada piel. Piel de funcionario valioso y sufrido en mil batallas al que sacrifican en la plaza pública. La agencia suple a la empresa pública. En ésta se entra a dedo. En aquélla se mezcla el oro con la paja. Se divide entre dos y tiro porque me toca. Las hormigas taponan huecos. Las hormigas carnívoras devoran sapos venenosos. El Partido único se alía con los sapos directores de los sindicatos verticales y crucifican a los funcionarios en el monte de las cinco llagas.

 

La recua psoecialista acude, ágil, de un foro a otro tratando de explicar la bondad de su infinita maldad. Pueden con todo. Silencian al universo. Aplastan al mundo. Funcionarios al paredón. Nepotes del Papa Zapatero. El fondo de reptiles se consagra en la legalización de las agencias públicas como receptoras de enchufes privados. De la bolsa de la formación al botín de los expedientes de regulación de empleo. No basta. La secta quiere más. Sin pausa pero con prisas.

 

Cuanto más lejos los funcionarios independientes de las potestades administrativas, puente de plata para el asalto a la ciudad de la justicia. La autotutela, reducida a tutela de otros. La Administración ha dejado de ser pública para estar privatizada. Se ha nacionalizado la función pública. El Parlamento de Andalucía se rinde a la dictadura psoecialista. La fe pública ha muerto y la esquela se promulga en el boletón oficial de la Psoejunta andaluza. Es el nuevo BOPJA.

 

Tanto luchar contra el franquismo represor para darnos de bruces con el zapaterismo reduccionista. Si el ferrolano resucitara, se afiliaba a este engendro político de Rubalcaba y faisanes. Nunca atisbó el caudillo que la España que creyó atada y bien atada, terminaría anudada en los congojos del grupo que fundara Pablo Iglesias. Marx moriría de nuevo a consecuencia del susto de cómo el proletariado de Mercasevilla o de Matsa interpreta sus tesis obreristas.

 

A extinguir. El de los funcionarios de la Administración del Estado es un cuerpo a exterminar. Demasiada aristocracia del mérito y de la igualdad. La democracia es la de los cuarenta mil ladrones. En ella no tiene cabida la nobleza del esfuerzo, del juego limpio, del respeto a las normas. La mirada especular nos devuelve una imagen blasfema de un gobierno torcido. Antes de enderezar la arquitectura, se rompe el espejo.

 

Los funcionarios no tienen otra opción que difundir el mensaje de esperanza que todos los ciudadanos entendemos: el voto al que lo merece. El castigo, a quien se hace acreedor. La justicia es distributiva. Premiemos a los buenos. Los malos, al rincón. Los bolsillos, fuera.

 

Un saludo.

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