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Francisco Velasco. Abogado e historiador

INFRAGOBIERNO

 

El prefijo “infra” significa inferior o debajo. El término “Gobierno” designa al sujeto que dirige un país o una colectividad política. El de Zapatero entra en la categoría de “infragobierno”. Se halla por debajo del mínimo exigible a quien desempeña esta función. Se inserta en la división cutre de lo ínfimo, de lo peor, de lo no valioso. Y así.

 

Aristóteles entendía la felicidad como la causa final de la vida de todo ser humano e identificaba esa felicidad no con el hedonismo, sino con la vida contemplativa. El Gabinete “Maligari”, que no Caligari, ha oido campanas pero no sabe de dónde vienen. Ha entendido que la vida contemplativa corresponde a los ministros y no al pueblo.

 

El mismísimo Gabilondo, titular de la cartera, ejem, de Educación, es catedrático de Metafísica. El hombre no les ha aleccionado en la verdadera interpretación de la filosofía del griego. Ellos contemplan el mundo como un caleidoscopio. Buscan imágenes bellas de artificio. La realidad les asusta y fustiga. Contemplan el sufrimiento del pueblo desde la azotea de un zigurat destruido. Muy posiblemente, el discípulo de Platón tuviera en mente el modelo gubernamental español cuando previó que la democracia se corrompería al compás de la potestad de ganarse con halagos el favor del pueblo.

 

Seis años de zapaterismo irredento han dejado huella en la historia política de nuestra joven democracia. Nunca un dirigente se alió con la forma hasta el punto de descargar al fondo de su esencia. Resiste. Pese a todo, aguanta el embate. A base de conceder graciosamente y de ceder con la cobardía de los tiranos, se aferra al mando. Como sea. No gobierna, pero se mantiene. Ha hecho del Estado un ente desnaturalizado. De la nación un concepto desfigurado. Del ser humano, un animal no social que desarrolla sus fines en el seno del partido más votado.

 

La comunidad ya no existe. El lenguaje se materializa en buenas palabras y malas acciones. La memoria ha apostatado de la universalidad y se ha reducido a la conveniencia más sectaria. Las leyes no persiguen diferenciar lo permitido de lo prohibido. No señor. Su objetivo es regular la esfera privada, satisfacer las ansias independentistas de sus aliados de coyunda para uncir los bueyes en pos de su interés particular.

 

La subordinación de lo privado a lo público aleja cualquier intención cohesionadora. Si Montilla pide, Zapatero entrega. Por fuerza. Por narices. En el mismo sentido los descendientes de Arzallus. Los extremeños y andaluces recibirán óbolos testimoniales siempre que el psoecialismo vernáculo se someta al imperio de la centralidad. Óbolos. Como tales hay que considerar el dinerillo que ZP ha adelantado a don Pepe Griñán para hacer dos o tres kilometritos de carreteras. No más. Venderán la limosna como una ingente herencia. La obra, como faraónica construcción.

 

No hay salida. Estamos rodeados. Con el infragobierno zapateril, la salida del dédalo es imposible. El guía es un impotente político disfrazado de fecundo explorador. Infragobierno. Infrahumano. Infrautilizado. Infra. Por debajo de. Infrasalarios. Infrapensiones. Infraestado. Infralenguaje.

 

Un saludo.

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