VALENTÓN DE ESPÁTULA
Así definiría Quevedo, don Francisco de, a Zapatero, José Luis R. De valentón de espátula. Y, además, gregüesco. Su espada es el talante de afilada lengua y de mala acción. Gregüesco, por su indumentaria que esmera hasta embaucar. Los valentones gregüescos y con espátula tienen eso que parodiaba Quevedo: ladran cuando el amo es fuerte y el oponente, infeliz, y se marchan con el rabo entre las patas cuando quien les hace frente tira de la espada de la autoridad moral.
Zapatero es un valentón quevediano. Exprime a los que puede y se arrastra ante quienes no debe. Es así este presidente que alardea de feminista porque se rodea de ministras que le sirven de parapeto ante ataques externos. Así es este politicastro de mala jaez que juega con España como el ludópata tira por la borda de su enfermedad no reconocida el pan de sus hijos. De esta manera es el ministro de deportes que se autoconvence de que en su persona reúne a Nadal, Fernando Alonso, Gasol e Iniesta. Las reúne en cuanto triunfan. Las destierra en el momento en que fracasan.
A Montilla, todo. Todo mientras le sirva. Luego, entrega a Mas el oro y el sarraceno. A Otegui, lo encarcela por imperativo, pero sólo un ratito. Cuanto antes, a la calle, no sea que estornude. Al sultán insultante del país vecino, Melilla, Ceuta y las Canarias rendirá a poco que el alauita alborote ligeramente su dedo índice. A las mujeres, lo que pidan, que el regalo se compensa en votos agradecidos. Lo que sea a las mujeres, pero a las policías de la frontera marroquí, ni un centavo. Los futuros dueños de nuestros territorios norteafricanos se sienten vilipendiados con presencias femeninas de guardias civiles vestidas. Repica la bolsa a Zapatero. Apoyos pretende pero no hay más cera que la poca que arde.
Y si limosna no alcanza, qué hará en tal querella. Partir más España. Navarra ya es vasca. Aragón limita el poniente catalán. Andalucía se queda sin Doñana. Madrid se dividirá en dos. Las Castillas, en cuatro: Castilla, la Nueva, Castilla la Vieja, León y La Mancha. Treviño se arrebata a Burgos y pasa a Álava. Algeciras se segrega de Cádiz y más provincias al bote. Extremadura, en tres. Cuantas más parcelas, más ventas. Divide y vencerás. Segrega y ya veremos mañana. Que cantones, en el momento procesal oportuno.
Habrá quien le plante cara ante tanto destrozo. Cuando tal ocurra, qué hará Zapatero. Lo mismo que el bravucón: irse a casa. Con el rabo de lagartijas coleteando tras desprenderse del cuerpo.
Como tituló Summers una de sus películas más conocidas: “adiós, cigüeña, digo ZP, adiós”.
Un saludo.
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