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Francisco Velasco. Abogado e historiador

LA MUERTE DE BRUNI

 

 Carla. Primero la llaman prostituta. Ahora, quieren su muerte. Carla Bruni. Todo por rechazar el castigo mortal a una mujer iraní. Carla se rebela contra la injusticia. La lapidación podrá ser legal en el país que fuera del sha. Podrá. En España, la pena de muerte está fuera del circuito penal que diseña nuestra Constitución. Igual que en Francia. Será, pues, legal, pero injusto e inicuo, sin duda. Los iraníes del régimen totalitario de Ahmadineyab gozan, con perdón, del privilegio, más excusas, de apedrear hasta la muerte a las mujeres. Valientes los iraníes. Muy valientes. Desdichado pueblo que no respeta a las personas. Infelices los que abusan de las mujeres. Canallas quienes asistimos en silencio a esta ceremonia de la desigualdad más infame. Sólo la que protesta, la que patalea, la que da la cara, se expone a que se la desfiguren. Como ha ocurrido a Carla.

 

La señora Bruni ha dado, una vez más, muestra de ser toda una mujer. Su posición política no la exime de ataques y ofensas. Todo lo contrario. Se coloca en el centro de la diana de los fanáticos y de las fanáticas. Carla Bruni. No sé si es feminista doña Carla. Sí se ve que es mujer de dos pares. Es evidente su rebeldía con causa. Es notoria su actividad pro igualdad de derechos. Los cobardes que la amenazan muestran su desprecio por la vida. Uno a uno o en tropel.

 

¿Y Bibiana? ¿Ha pronunciado la señora Aído su conocida proclama en defensa de la mujer y de sus derechos? Quizás no toque ahora. Irán no es España. La igualdad, bien vale una misa para las maltratadas en nuestro país. En el seno de la alianza de las civilizaciones, no. Hay que comprender que la Sharia es una ley respetada y respetable. Además, que dice Zapatero que Irán es un país amigo. Que en el Estado de los ayatollah, el cesaropapismo exige puntos de vista de mayor comprensión. Bibiana se calla porque no tiene los atributos morales de la Bruni. Morales. Atributos. Dios, qué palabras tan duras. Atributos morales. Carla Bruni y Bibiana Aído. ¿Y María Teresa de la Vega? No se la espera. Tiempo ha que hiberna en verano y meses lleva sometiendo su verbo cansino al régimen de estiaje que le ha impuesto su jefe.

 

Carla Bruni ha de morir, braman los fundamentalistas de Irán. Las mujeres, al paredón, sostiene la cohorte de amistades de nuestro Gobierno de entreguistas y desertores del deber político. Irán es el paraíso del machismo. Sí o sí. Bibiana. Silencio. Reserva. Mutismo. Mudez. Afasia. Mordaza. Burka.

 

Carla Bruni da la cara, muestra el rostro, mantiene el tipo. Mujer. Libre. Capaz. Bibiana se oculta. La dama se esconde. Carla, no. A Carla debieron referirse Nacho Goberna e Ignacio Valencia cuando compusieron: “Como sabe esa vieja amiga la manera que yo tengo de mirar, si uno mira a través de algo es seguro que algo verá”. Bibiana debería mirar a través de Carla. Acaso uno pueda percibir, al fin, que la igualdad es una responsabilidad y no una diadema.

 

La muerte de Bruni. La vida de la mujer. La fe en un futuro mejor. La esperanza de que alguna vez todos seremos iguales. Bruni. Carla.

 

Un saludo.

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