HAITIANOS DE VIC
Si los hacedores de este acto vergonzante fueran los del PP, las reacciones hubieran sido estremecedoras, sísmicas. Las descalificaciones, al cielo. Aznar, culpable. De la guerra de Irak y del terremoto de Haití. Xenófobos y homófobos. Empiezan por atacar a los inmigrantes y terminar por lapidar a los homosexuales. De camino, se cargan a los discrepantes. Pensamiento único para dictadura triunviral. Los catalanistas de Convergencia junto a los "morrúos" de Montilla y los seguidores de Puigcercós. Negros a la calle. El Ayuntamiento impone la ley en vez de establecerla el Estado. Por menos, crucificaron al alcalde de El Ejido. Por mucho menos. Claro, entonces militaba en el PP.
La Generalitat calla. El Gobierno, cremallera labial. Panda de fachas vestidos de demócratas. Ellos sí son los demócratas nacionales. Ellos. Repudian a Democracia Nacional por decir, sólo decir, lo que ellos ejecutan. Cuadrilla de tiranos. Caterva de segregacionistas. Tiran la piedra y culpan a otros de la agresión. No es que escondan la mano. Es que la muestran y con sus dedos índices señalan, perjuros, a otros. Zapatero, el laico, acaso viaje a Washington a rezar con Obama, el cristiano.
El terremoto de Haití ha arrebatado la vida a miles de personas inocentes. La mayoría, negros y muy pobres. El terremoto de Vic quiere privar de sus derechos a un montón de inmigrantes. La mayoría, muy negros y pobres. La fuerza mala bestia de la naturaleza no ha sido tan cruel como la mala leche de ciertas hienas. La Fiscalía no arrastra ahora las togas. Ahora no toca.
Mi solidaridad con los haitianos de Vic. Mi defensa. Mi reconocimiento. Son los nuevos cristianos de las persecuciones del imperio catalanista antiespañol. Lo han hecho los catalanista de pega. Y de pena. Para pena, la de los seres humanos despreciados. Recapaciten unos. Actúen otros. Ya.
Un saludo.
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