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Francisco Velasco. Abogado e historiador

CORAZONADAS


 La vida nos da sorpresas. La frase, de tan tópica, es trivial, manida y vulgar. Mas no por ello, necia. Tampoco es una perogrullada aunque lo parezca. La decisión del Comité Olímpico Internacional (CIO) se ha convertido, hoy por hoy, en la voz de su amo. La voz del amo del mundo. Un mundo que se pone al revés cuando su amo se inclina, reverente y adulador, ante un centenar de dizque representantes del olimpismo. La farsa sublime.

 Un lector, muy allegado a este articulista, me remite un comentario que comparto y, con su permiso y en su nombre, les traslado. La frase "antes morir de pie que vivir de rodillas" se quedó en el recuerdo de la historia y en la memoria del honor más peliculero. Edmundo D´Amicis, escritor italiano que vivió el proceso de unificación de su país, es el autor de una novela extraordinaria, guste o no, cuyo influjo aún perdura. "Corazón". La lectura de la obra constituía una de las actividades escolares, casi diarias, de quienes éramos niños en los años de la postguerra y sufríamos las carencias materiales de tan angustiosa época. D´Amicis se mostraba como el epígono transalpino del genial Dickens.

 Realista y romántica, "Corazón" juntaba, entre sus líneas conmovedoras, acendrados sentimientos y pasiones de la gente humilde. Corazón.  Mayores y niños creíamos que las palabras de los intitulados "paladines del régimen" eran dogma de fe.  Esos paladines franquistas.

 Aquellos caballeros, de cabelleras engominadas y finos bigotes, se pavoneaban por tertulias y casinos fiscalizando todo y a todos, no fuera que se atentara contra la solidez del "glorioso movimiento nacional". Corazón y partido único. Corazón y dinero. Corazón y pensamiento uniforme. Corazón no partido. Corazón de conveniencia. Los paladines. Corazón solitario y sincero el de la gente humilde del pueblo. Todos éramos pueblo. Menos unos cuantos paladines, pueblo y corazón caminaban inseparables. El epigonismo del paladín del chusco es el paladín a la taza, el paladín de Filesa, el paladín de Gürtel, el paladín de las Bibiana y de los Pepiños. El "modus vivendi" es el mismo. Entonces y ahora. Corazón limpio, el del pueblo. El de ahora y el de antes.

 El arranque de una próspera carrera política sin necesidad de dar un palo al agua. El servidor público no es el político. Es el ciudadano. El contribuyente. El político es un Fernando Alonso de una eunuca Fórmula Uno que se bate a hierro para ocupar la "pole" del peloteo más mezquino. Corazonadas. Gallardón. En vez de corazón, corazonadas. Corazonadas viene de corazón y es mentira que se actúe de esa manera. Presentimiento deriva de sentimiento y el término falsea su significado. Ni corazonada ni presentimiento. Como mucho, intuición, barrunto, presagio, estímulo, pálpito e incluso tufo. No hay corazón ni sentimiento en esta operación de márketing. Hay interés de paladines. Los políticos paladines son ucrónicos. Siempre estuvieron y fueron.

 Como "una extraordinaria, arriesgada, original y lírica película que habla con inmejorable lenguaje del amor, su pérdida y el reencuentro (...) a la altura del romanticismo de Coppola."  calificó Carlos Boyero en El Mundo la película "One from the heart" (Corazonada) que firmara/filmara en 1982 el oscarizado director del "El Padrino". Corazón. Dinero. Paladines/Padrinos. Las corazonadas gallardonianas me parten el alma. No ya el corazón. El alma. Afirmaba Lacordaire, contemporáneo de Dickens y de D´Amicis, que la adversidad descubre luces al alma que ésta no percibe en la prosperidad. Que si Madrid no sale elegida sede, la contrariedad ilumine a la pléyade de paladines de esta democracia impía que "gozamos".

 Un saludo.

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