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Francisco Velasco. Abogado e historiador

BOMBEROS DE ODIEL DI(s)PUTACIÓN

 Odiel Información dedica una importante parte de su contenido de hoy a los bomberos del Consorcio, que depende de la Diputación Provincial. En uno de los apartados que dedica a este tema se puede leer "Los bomberos (...) han sobrepasado en estos días sobradamente la ralla de lo permisible, de lo tolerable". Estoy seguro que se trata de una errata, que el servicio de corrección lingüística ha querido decir "raya", pero que por azares de la premura, ha escrito lo que escrito está. Insisto: este articulista no duda de la calidad del periódico en orden a su ortografía.

 No es la primera vez que Odiel Información efectúa una crítica contra los bomberos del Consorcio de la Diputación de Huelva. La crítica de un periódico comporta un posicionamiento que reclama objetividad so pena de convertirse en una vulgar caja de resonancia de la voz de su amo. La crítica acerva que, sin fundamento suficiente, ha mantenido este medio del Grupo Gallardo contra los bomberos del Consorcio, hiede a manipulación informativa hasta el punto que, más que editoriales, su línea asemeja una proclama partidista a favor de la Diputación de Petronila. Enfatizo: este articulista no duda de la calidad humana y periodística de los trabajadores de este periódico, pero su línea editorial dista mucho de aparecer con el mínimum de objetividad e imparcialidad que noticias de esta índole exigen.

 Resulta curioso que este medio de prensa escrita pertenece al grupo Gallardo y que Odiel se ha destacado por su defensa acendrada de la construcción del Oleoducto que atraviese toda la provincia de Huelva, a pesar de las protestas de ecologistas y de la ciudadanía onubense en general. Como sintomática se presenta la postura del periódico a favor de la empresa (Diputación, que dirige la socialista Petronila Guerrero) y en contra de los trabajadores (los bomberos del Consorcio), dada la importante subvención que percibe Odiel del organismo gobernado (es un decir) por el PSOE. Reitero: este articulista defiende a ultranza la libertad de información y de expresión, tanto de los periodistas como de los trabajadores de cualquier organismo público o privado.

 La delgada línea roja que separa la formación del adoctrinamiento y la información de la manipulación ha podido ser traspasada. Asevera Odiel que los bomberos han llamado mentirosos a todos los que conforman la plantilla del periódico, desde el director a las secretarias. Puede ser. Yo no me atrevo, con los datos de que dispongo, a ratificar esa descalificación. Sin embargo, sí puedo aseverar que cuando el periódico del grupo Gallardo que subvenciona con esplendidez la Diputación de Petronila dice lo que literalmente se reproduce: "Entonces, de los bomberos surgió su verdadero perfil, el de unos tipos que protestan exclusivamente por motivos económicos, que quieren que esté considerablemente más lleno su sobre a fin de mes, sin importarles nada cualquier otro tipo de reivindicación, mucho más loable y solidaria, detrás de la que se parapetan para confundir a los ciudadanos en su detestable protesta", entonces, Odiel sí miente o, cuanto menos, falsea la verdad. La actitud de los bomberos ha sido de tal manera cívica, de tal forma persistente, tan categóricamente coherente, tan silenciosamente rebelde, que este articulista confía en su buen hacer.

 No obstante lo cual, si algún miembro de este colectivo de trabajadores se ha extralimitado y ha recurrido a la violencia de cualquier tipo, este articulista denuncia, desde ya, tamaño proceder. Las amenazas y las coacciones pueden constituir un delito. La discrepancia forma parte de una sociedad plural y democrática. La libertad de expresión es un derecho fundamental. De periodistas y de bomberos. De todos. No podemos exclusivizar ese derecho. No es de recibo utilizar como un misil mayéutico un medio de información para servir determinados intereses empresariales y/o políticos contra los que se oponen al poder establecido. El uso de estos misiles es propio de fascistas redomados e irreductibles. Este articulista era un lector asiduo de aquel antiguo Odiel. Este articulista ha roto, por causas externas a su voluntad e inherentes a la actual línea editorial del periódico, la susodicha asiduidad.

 Un saludo.

 

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