AVE... DE RAPIÑA
Es una buena noticia que el TALGO Huelva-Madrid recorra la distancia entre ambas capitales en menos tiempo del que hasta ahora, de manera incomprensible para muchos de quienes hemos viajado en él, se invertía. Es una buena noticia.
Pero no es el Alta Velocidad Española. No es el AVE. Mario Jiménez es muy dado a la fábula y cree que todos somos tontos. Crédulos tal vez. EL TALGO, Jiménez, el TALGO.
En cualquier caso, aquí no valen galgos o podencos. El medio de transporte tiene un nombre: TALGO.
Con todo, no puedo explicarme cómo entre Huelva y Madrid sólo se habilite un servicio diario. El marketing, Francisco, el marketing. Miren. Si en vez de Huelva habláramos de Sevilla, el problema del marketing se esfumaría, del mismo modo que se esfuma la conexión Huelva-Cádiz. No tenemos un aeropuerto que echarnos a la vista y al oido. Carecemos de una comunicación fácil con la sierra y con Extremadura. La vía férrea que nos une con Zafra es tercermundista. Nuestro puerto no es partida ni término de buques de pasajeros. La autovía Huelva-Sevilla apenas resiste hoy la intensidad del tráfico. Marketing.
La afluencia de viajeros entre Madrid y Huelva y viceversa exige un aumento de los servicios en el TALGO. Si lo dudan, pregunten a la empresa de autobuses que, todos los días, varias veces diarias, cubre el trayecto entre nuestra ciudad y la capital de España. Marketing.
Muchos se reían del comerciante que se instaló en el Sahara y, durante un tiempo, vendió las alpargatas a un precio insignificante que ni siquiera compensaba costes. "Ahí radica el negocio", repetía ante la estupefacción de todos. En efecto: el negocio estribaba, como todos, en la idea de crear una necesidad entre quienes no calzaban y estaban habituados a andar con los pies desnudos. Creada la necesidad de las alpargatas, el precio fue subiendo inexorablemente. En mi niñez, muchos habitantes de Punta Umbría tardaron años en calzar unos zapatos. El entorno de arena exigía la desnudez de los pies. El progreso y el negocio se dan la mano y uno tira del otro. Marketing.
El AVE, Mario Jiménez, es una necesidad para Huelva. Lo es hoy. Ya. Lo que sobra en nuestra provincia y en nuestra ciudad son aves de rapiña. Si el PSOE quiere vendernos la burra, podrá hacerlo. Se comprará la burra. Pero no por convicción. Insisto: los de Huelva, uí, uí, uí, los de Huelva están aquí. Pero tenemos un defecto, que nos dejamos mentir. Por gente como ustedes. El TALGO, don Mario, no es el AVE.
Un saludo.
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