ERRATAS Y ERRORES
El Ministerio de Educación debiera apocopar su nombre y pasar a denominarse MI(NI)STERIO de Educación. Sus titulares son, más que ministros, mistéricos. Sólo ante la evidencia de tantos cambios de leyes, tantos decretos, tantas órdenes y tan sinfín de instrucciones, uno puede entender por qué el Plan PISA nos aherroja a la sima de lo incapaz.
El señor Gabilondo, hermano de Iñaki, el de los terroristas suicidas, ha comenzado mal su mandato y sigue peor. Se le pide un poco de coherencia al ministro mistérico. Sólo eso. Pero en su Partido prima la arrogancia, la prepotencia, la soberbia, todo en grado desmedido y superlativo, antes que la sensatez. El descalabro que les produjo la sentencia del Supremo respecto a la promoción en Bachillerato les ha hecho reaccionar mal y a la contra. Del mismo modo que Zapatero con las elecciones europeas. No saben perder y ganar como fuere constituye su máxima ambición. Ellos poseen la ciencia infusa y todos los demás somos unos mentecatos que osamos (nos atrevemos, Carmen Calvo, no que seamos osos) discutir con el Impenetrable.
La idea de que los alumnos de primer curso de Bachillerato repitan sólo con las asignaturas suspensas, está muy bien, pero a esa idea le sobra la carga de ideología que lastra. ¿Por qué? Porque se pierde la esencia de unidad de la enseñanza post-obligatoria. Lo pondré de otra manera. Gabilondo quiere hacer del Bachillerato una suerte de régimen universitario donde los alumnos pueden cursar en primero de carrera algunas asignaturas de quinto curso o dejar para quinto algunas materias de primero, o matricularse de dos o tres troncales y un par de optativas. Y así. Equiparar al Bachillerato (menores de edad en su mayoría) con la Universidad es un acto peligroso por muchas razones que atentan, todas ellas, contra lo que es la enseñanza como ciencia y como arte.
No obstante lo anterior, el misterio del ministerio y el ministerio del misterio incurren en un error de bulto, no en una errata de campeonato. Un error de bulto. Si Gabilondo y toda su tropa están poniendo todo su acento en vender el Plan Bolonia, y ahora nos salen con esto del Bachillerato, el problema no es falta de entendederas, sino ausencia de conocimiento de los planes de estudio. A Gabilondo, lo metafísico le ha hecho olvidar lo puramente físico y si el hombre no sabe salir de su laberinto personal, cómo va a encontrar la salida del dédalo político. Con lo sencillo que es preguntar a quienes saben de educación, Que, desde luego no son ni el ministro mistérico ni sus misteriosos ministeriales que le asesoran en no sé que entelequia.
Zapatero, a tus zapatos. Zapatero.
Un saludo.
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