QUE SÍ, QUE NO, QUE TODO LO CONTRARIO
En una partida de póker, el jugador tiene todas las cartas. No es que las marque para engañar a los compañeros de mesa. No. Se queda con todas. Así nunca puede perder. Si alguna vez se equivoca en el manejo de los naipes, no dudará en atribuir su error a la mala fe de los otros jugadores.
Jesús Caldera, que fue ministro de Trabajo en la primera legislatura de Zapatero, ayer dijo no y hoy dice sí. Mas no crean que el amigo de ZP se excusa. En absoluto. Dice lo que le da la gana. No tiene argumentos, no fundamenta sus comentarios, pero es el "masca" del solar patrio. Uno de ellos. Si ayer Caldera se oponía al cierre de la central nuclear de Garoña (Burgos), hoy reclama que se clausure. Caldera es físico y metafísico. Caldera es psoecialista. Es la incoherencia personificada al servicio de sus intereses particulares. Un tahúr.
Luis Pizarro, nuevo consejero de Gobernación de la Junta de Andalucía de Griñán, se defiende afirmando que la Junta de Andalucía "no es la responsable de los problemas financieros de los ayuntamientos". Nada de eso, asegura el marshall de los sheriffs andaluces. Si hay un responsable de ese problema es el Gobierno de la nación, se apresura a explicar don Luis. Considera este sociata prócer de la cultura y de las letras que el PP no tiene credibilidad cuando pretende señalar a la Junta como responsable del desaguisado económico de los consistorios andaluces. -La tiene Madrid, chivatea. -La tiene España, insiste.
¡Glub!, ¿se ha vuelto loco este señor? ¿Está culpando a Zapatero para librarse él? No, por favor. La culpa es de Javier Arenas y, solidariamente, de Aznar. -Pero si el Partido Popular dejó hace cinco años el Gobierno, me dice escandalizado un ciudadano informado. -Y qué, me apresuro a responderle. Si Pizarro dice que la culpa es de Aznar, pues lo es y "sansacabó". -Pero si el PP nunca gobernó la Junta, reitera, absorto, mi coyuntural interlocutor. -Y dale, tampoco ha gobernado el PSOE aunque "okupe" la Junta desde hace 30 años y así está Andalucía, en la enésima modernización. -Pero vamos a ver, me espeta algo cabreado el señor de la calle, usted piensa que los andaluces somos tontos. No, contesto rotundo, el que se lo cree es el PSOE. Estos señores socialistas confunden prudencia con cobardía. Los andaluces somos prudentes, pero cobardes ni por asomo. Algún día muchas vendas caerán de los ojos y, salvo los subsidiados, que constituyen legión, los votos que se depositen en las urnas se convertirán en losas enormes de castigo a los facinerosos, en túmulos donde se entierren los engaños y en mútulos en los que se pueda leer: "antes Andalucía estuvo mal gobernada; quienes la mal gobernaron, aquí descansan de su ocio de decenios".
Pues no es nadie el Partido. Lo que pueden perder sus directivos si la empresa socialista pierde las elecciones. Miles de paniaguados sin pan ni agua. Trabajadores honrados sin Audi oficial, sin comidas en lujosos restaurantes, dietas infladas, sueldos de muchos quilates, secretarios y secretarias que dejan de traerte el café o el whisky. ¿Se imaginan la desgracia? Desgracia la nuestra hasta que pierdan las elecciones. Que las pierdan. Sin trampas, sin presiones, sin amenazas, de forma pacífica y democrática. Que las pierdan.
Un saludo.
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