EL CORDÓN GABILONDO
El nuevo Ministro de Educación -¿se acuerda alguien del nombre de su predecesora?, a que no, pues tampoco quiero recordarla- es catedrático de Metafísica y ha desempeñado en el último tiempo el cargo de Rector de la Conferencia de Rectores de Universidades Española (CRUE). Es significativo, sin embargo, que su fama no le venga de su indudable valía intelectual ni de la difusión de sus libros filosóficos ni de sus conferencias inolvidables en Heidelberg... No. Su fama le proviene, pásmense, de sus posiciones políticas psoecialistas y de su dialéctica ultra que le llevó a tildar de asesino al PP por la Guerra de Irak, y le condujo a demandar -como hizo el actor argentino Federico Luppi- un cordón sanitario para aislar a los populares del escenario político. O sea, se ha comportado como un faltón indocumentado y calumniador quien ya es Ministro de Educación y como un elemento radical, intolerante, segregador y estalinista en cuanto entiende la democracia como dictadura de pensamiento único. Si su tinglado intelectual se corresponde a su bagaje político, aviados estamos. Pero hay que esperar y analicemos.
En su primera intervención como ministro, ya comienza por apelar al consenso, es decir, silencia sus acusaciones de asesinato y de llamada al gueto y solicita un mayor reconocimiento social de la tarea de enseñar. Pues miren, algo es algo. Dicho está, ahora habrá que medir el trecho que falta hasta el hecho. Otro pasito es que, respecto al Plan Bolonia (Espacio Europeo de Educación Superior) ha manifestado que debe ser "diverso y homogéneo, pero no uniforme". Muy bien, Gabilondo, muy bien, sobre todo si tiende de verdad la mano a los agentes universitarios. Pero con los profesores hay tener cuidado, porque en muchas ocasiones se creen tocados por la varita mágica del "lo sé todo y a todos demuestro mi valía". Entre los docentes suele pasar como con algunos toreros, que hacen faenas de salón y, cuando se enfrentan a un toro de verdad, tiran por el aliño y salen del apuro, aunque sea en medio de la bronca de los graderíos.
Gabilondo es un metafísico y tiene ganada una justa fama en esta profesión. Ahora bien: hay que ver si su teórica sabiduria deviene praxis. La Metafísica es la parte de la Filosofia que estudia a Dios y al Ser, pero no en su aspecto físico, concreto, material, sino como abstracción, en cuanto busca conocer las propiedades, principios, causas y fundamentos primeros de su existencia. El principio básico de la metafísica se sustenta en la no-contradicción, razonamiento que establece la imposibilidad de que algo sea y no sea, simultáneamente. Este punto establece, ab initio y en virtud de sus antecedentes, un mal presagio porque quien acusa de asesino a un semejante sin probar el delito, contradice básicamente su propia función como profesional que enseña metafísica y como ciudadano que fundamenta sus decires. Flagrante contradicción la de d. Ángel. Claro, que él se escudará en que sus declaraciones eran fruto de la mayéutica de "mala leche" que surge de la rabia humana que descansa en los sentidos, pero no se puede incardinar en su cualidad de pensador que trasciende lo empírico. Eso dirá, pero no se lo cree ni él.
No obstante, a ver si toco un tema que me pueda creer. El Plan Bolonia es un buen punto de arranque para calibrar si su carrera ministerial es proyectable a su discurso mentiroso de antaño. La idea del Plan Bolonia, en opinión de este humilde articulista, me parece esencialmente formidable por varias razones: en primer lugar, porque se unificará la enseñanza universitaria en los países de la UE y, en consecuencia, se podrán convalidar los títulos sin necesidad de nuevos filtros burocráticos; en segundo lugar, se logrará una mayor especialización entre los alumnos; en tercer lugar, la praxis didáctica se enseñoreará de las universidades, superando la pedagogía medieval latente en no pocas universidades; por último, se exigirá un mayor dominio de las lenguas extranjeras a fin de derribar el Babel actual que divide y no une, díganselo a Zapatero.
Sin embargo, siendo excelente la idea y necesaria su ejecución, debemos ser conscientes de la dificultad procesual de la misma. No incurramos, como nos ocurrió con la LOGSE, en el desastre de las teorías utópicas cuando los gobiernos europeos carecen de los recursos humanos y materiales precisos para acceder a la práctica. Me malicio una catástrofe educacional mayor que la que en España ha reportado la LOGSE, una ley basada en una filosofía de Fórmula 1, ingenierizada por zoquetes y pilotada por profesores excepcionales, pero sólo formados en la conducción de turismos. ¡Los accidentes que estarían por llegar y los encontronazos por venir!
Gabilondo, vísteme despacio que parece que hay prisa, pero no tanta. El aprobado Plan Bolonia entrará en vigor en 2010, pero desde tiempo atrás, millones de estudiantes reivindican serenidad, prudencia, sabiduría, competencia a quienes gobiernan. Las urgencias son malas consejeras. La UE se hace con pasos pequeños pero seguros y firmes, para no pisar aguas pantanosas o arenas movedizas.
No te conviertas, Ángel, Gabilondo, en Iñaki ni en tu otro yo anterior. Ahora tienes la enorme responsabilidad de ser ministro de España, no miembro del PSOE. Por mucho que éste te condicione, tu deber es para con tu país, no para con tu partido. ¿O.K.?
Un saludo.
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