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Francisco Velasco. Abogado e historiador

ENSEÑAR AL QUE NO SABE

 

Zoido se las da de gracioso. Pero de gracia, poca. De cultura, menos. De inteligencia política, cero. El alcalde de Sevilla debiera aprender un poco de historia y un mucho de sentido común. De Palos de la Frontera salieron las carabelas. De Sevilla, no. El primer edil de Huelva ya debió salir al paso ante este brote de ignorancia supina. Si su compañero de partido se equivoca en algo que atañe a Huelva, Pedro debe corregir el desliz. Que lo mismo ni siquiera fue desliz, sino metedura de pezuña adrede a ver si cuela. Y coló.

 

A Pedro Rodríguez la han fallado los reflejos pero no su responsabilidad. Algo tarde, pero con acierto, ha reprendido a su compañero de partido. Un cero en historia y otro cero en ética. Si Zoido es un ignorante, que aprenda. Y si, además, es un fabulador, que ajuste su palabra a sus actos.

 

 La gente de Huelva debe explotar, al menos por una vez, ante el ejercicio de manipulación hacia nuestra provincia. Una cosa es que nos dejemos convertir en el culo del mundo y cosa distinta es que nos la quieren meter doblada. Una cosa es que para ir a Cádiz tengamos que pasar por el pontazgo/portazgo sevillano y otra que nos quieran convencer de la necesidad imperiosa de preservar el patrimonio ecológico de la humanidad. Y así hasta la eternidad.

 

Las reacciones ante el desmadre del vecino rico están muy bien pero son pataletas de niño adoptado. Los onubenses estamos acostumbrados al estigma del pobre. Llevamos siglos conviviendo con nuestra mentalidad de segundones, con nuestra alma de acogedores, con nuestro espíritu de vasallos y, de la noche a la mañana, no nos podemos quitar las espinas clavadas que obstaculizan nuestra marcha y que entorpecen nuestro progreso material.

 

No cabe envidiar a Sevilla por ser lo que es. Debemos, en cambio, admirar a los sevillanos por haber hecho de su tierra la potencia económica y social que es y que está. Y no digo que copiemos de ellos. Lo que sí pido es que ajustemos los latidos de nuestro corazón y los mazazos de nuestro esfuerzo a las pulsaciones de los de la Torre del oro. A partir de este pragmatismo, otro gallo nos cantará.

 

Si Zoido quiere seguir haciendo el ganso porque es incapaz de practicar artes electorales más elevadas, allá él y allá su partido en Sevilla. Lo que no se puede tolerar es que los de Huelva, los de Huelva, que estamos aquí, creamos que con soltar tres palabros al regidor sevillano, ya tenemos hecha la tarea. Otros tantos improperios constructivos debemos lanzar a nuestros políticos, que deben hablar cuando callan y han de callar cuando dicen majaderías.

 

Servidor está dispuesto a enseñar al que no sabe y carece de medios para aprender. A Zoido, que lo enseñe quien yo me sé. Este hombre es de los que escuchan lo que les interesa y desoyen lo que les conviene. Por consiguiente, a hacer puñetas. Muchas puñetas.

 

Un saludo.

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