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Francisco Velasco. Abogado e historiador

NARCOSUELO

 

En Mercasevilla, el suelo era un factor importante del desarrollo. Suelos cosa fina. Suelos de baldosas rojas al turrón de jijona. Suelos al fino desbaste. Suelos de písame que tengo más. Suelos de facturas modelo pulido. Suelos nuevos por tres veces a la lonja más pija del mundo. Y pagos. Muchos pagos.

 

Este Lanzas, el super esbirro de Gaspar, era una azagaya. Allí donde se clavaba no se retiraba sin llevarse por delante carne, tendones, arterias e incluso huesos. Qué tío. Lo difícil es que con esa habilidad pudiera ser cazado.

 

Dipuhuelva tiene un suelo resbaladizo. El suelo de la relación de puestos de trabajo ha costado un riñón y mitad del otro. El Tribunal Superior de Andalucía avisa al Psoe que qué clase pavimento ha colocado que no tiene la calidad del funcionariado. Un suelo no homologado por la justicia. Para qué quieren tantos asesores si al final no meten el hilo en la aguja adecuada.

 

Para suelo con brillo el hipotecario. Los bancos guardan el liderato en la competición de cláusulas. Los magnates del chanchullo ofrecen préstamos imposibles a personal sin recursos. A cambio del suelo. Que no pagas, desahucio y a la p. calle. Con la sonrisa de los gobiernos, la complacencia de la ley y el llanto de los pobres.

 

Suelos palaciegos que terminan sepultados por estratos de polvo de olvido. Suelos narcotizadores de escrúpulos. Suelos en los que nos partimos la crisma para que nos enteremos de que echar a volar el pájaro de la igualdad es un delito muy castigado. Suelos. Blandos, costosos, flotantes, de parquet, laminados, duros, caros. Forestales, rústicos, urbanos, céntricos, barriobajeros.

 

Suelos. Fondo. A partir de ahí, roca madre.

 

Un saludo.

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