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Francisco Velasco. Abogado e historiador

LA DURA DERROTA

 

Terminaba mi artículo de ayer con el siguiente párrafo: "Estaré pendiente del escrutinio. Especialmente de la cuenca minera. Si se juegan el pan de sus hijos por un juego de ideologías frustrantes, allá cada uno con sus actos".

 

La Andalucía más pobre, la más necesitada, se refugia en los caminos por recelo a las autopistas. La política de taberna cuenta con más adeptos en nuestra región que la política de parlamento. Los corifeos de las ideologías de izquierda saben llegar a la gente sencilla. Bastan tres palabras: abuelos, tierra y derecha. Está todo dicho. Eso sí, son palabras multirrepetidas que hienden las almas. 

 

Las elecciones andaluzas admiten pocas lecturas y un montón de análisis. Muchas causas y una sola consecuencia. Multitud de interpretaciones y una situación calamitosa. Uno apostó por la victoria del PP. De forma clara y pública. Sin pertenecer al partido ni mantener con sus dirigentes nexo comercial o de interés material alguno. Entendía, entonces, y defiendo, ahora, que Andalucía necesitaba un cambio urgente de Gobierno. No ha sido así. Como ya pronosticaba, era preciso demostrar el acierto del voto por encima de la fuerza del sufragio. No ha sido así. Ha ganado la fuerza. En cualquier caso, la democracia triunfa.

 

Me pueden decir, y no mienten, que el PP ha sido la formación más votada. Lo que nadie me objetará es que la Junta va a seguir en manos de Griñán. Resulta incuestionable que Psoe e Iu no han engañado a nadie con lo de su coalición postelectoral. Votar a Iu, decíamos, es votar a Psoe. Pues ya vemos. El pueblo opinaba lo mismo que nosotros. Convendrán, asimismo, que los despilfarros, las corrupciones, los enchufes, la desvergüenza gobernante, el paro y todas las desgracias que se ceban en nuestra Comunidad, no han inclinado la balanza de las voluntades de los andaluces en pos de la limpieza. Sobre estos argumentos ha podido la fuerza del miedo, de los recortes, de la pérdida de las pensiones, del fin de los subsidios agrarios.

 

Y este desequilibrio tan llamativo, ¿por qué? Miren, por muchas razones. No obstante, las voy a centrar en una que he reiterado hasta la pesadez. La política de comunicación del Pp se encarga a su peor enemigo. No se explica. O estamos rodeados de necios o los dirigentes populares no conocen los bueyes con los que han de arar o para qué bueyes si hay tractores y para qué bares de barrio sin hay lujosas cafeterías. Comunicación, divino tesoro.

 

La dura derrota del 25 de marzo va a costar digerirla. Pero para debacle, la que se avizora de inmediato en el arreglo cabellero de Griñán con Valderas. Si Griñán va a seguir presidiendo la Junta, andalucitos que en el mundo estamos, nos guarde Dios. Y si es Valderas el que ha de regir los destinos de Andalucía, directamente Encarna. Encarna la demagogia más indeseada que una democracia puede temer.

 

En cualquier caso, la derrota se supera con la a de aprendizaje, con la v de verdad y la c de comunicación. Mientras esto ocurre, quien tenga poder para ello,que aplique la reforma laboral a los irresponsables de comunicación del Pp. Y a los andaluces, que nos cojan confesados. Lamentábamos la bazofia psoecialista y ahora se puede agregar la pobredumbre de Iu.

 

Qué habremos hecho los de Huelva para merecer esto. O mejor, qué no habremos hecho. Sea como fuere, que viva mil veces esta democracia. Esta democracia. Nos coloca a cada uno en nuestro sitio.

 

Un saludo.

 

 

 

 

 

 

 

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