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Francisco Velasco. Abogado e historiador

DERECHOS O EMPLEO

 

Derechos y empleo. Copulativa, que no disyuntiva. La bolsa o la vida. Que no. La bolsa y la vida. Los apocalípticos de la pancarta protagonizan el o yo o nadie y recitan o conmigo o contra mí. Son así de fascistas. Totalitarios. Sátrapas de territorios subdesarrollados. Son los líderes conniventes del desempleo zapateril. Toxo y Méndez. Ejemplos a no seguir de una sociedad que aspira a la democracia y, a su través, a la pluralidad.

 

Como Óscar López, flamante y flamenco Secretario de no sé qué del Psoe de Rubalcaba. Modelo inimitable para jóvenes si queremos que la juventud sea la vanguardia moral de mañana. Peritos en el arte de dividir para vencer, aplican al PP la vieja táctica por ellos desarrollada. Ora bien, cuando los hados son propicios, recurren al tópico de la unión hace la fuerza. De ahí su complicidad con UGT y Comisiones a la hora de alentar la tumultuaria invasión de la calle. No hay palabras ni parlamentos ni diálogos ni negociaciones que resistan la pérdida de un trono. Cuando el poder vuela, las pistolas asoman y los dictadores acopian chusma incendiaria que realice los trabajos sucios.

 

La reforma de Rajoy hubiera sido un contrasentido en condiciones de normalidad. Como dicen los físicos, en condiciones normales de presión, humedad y temperatura. Pero la normalidad huyó de nuestra sociedad el infausto día en que Zapatero se hizo con la presidencia del gobierno de España. La situación es de emergencia, casi de excepción y, si no se remedia, hasta de sitio. En el sitio. En la sien. El Psoe pretende dejarnos en estado de catatonia económica. Con tal de blandir la espada del despropósito, atribuyen al PP infamias tales como las de no garantizar los derechos de los trabajadores o de recortar los derechos de las mujeres y de los homosexuales. Habráse visto.

 

El nuevo lobo feroz es el despido libre. Dónde está que no lo veo. Cierto es que algunos empresarios infames aprovecharán la turbulencia para poner en la calle a los empleados menos productivos o a los más díscolos. Ahora y antes. La chapa de la infamia se diseñó en el Paleolítico inferior. Entonces no existía la ideología de la derecha ni la confrontación entre agricultores y vaqueros. Pero les da igual a estos de la secuela de Óscar López. Si ellos dicen que los primeros ganaderos fueron neandertales del Neolítico, a qué convencerles de lo contrario. Nadie puede advertir a la pared su condición de muro ni avisar al cangrejo sobre su esencia de artrópodo. Qué más da. Ellos cultivan la semilla cainita del odio y riegan la tierra hasta cosechar la brutalidad de las ideologías soviéticas. Siempre fue así. Siempre será. No es el Psoe la única formación que practica semejantes estrategias. No lo es. Sí son sus dirigentes altos especialistas en esta materia. Vaya que sí.

En definitiva, el problema radica en la solución. Lo que los sindicatos del Psoe y de IU temen es que las políticas sociales y económicas del PP logren, en el espacio de un año, contener la deuda, minorar el déficit, amarrar a los bancos, incentivar a las empresas y, oh, la la, crear empleo. A base de conocimiento, de transparencia, de austeridad, de gastos necesarios, de solidaridad de los trabajadores con los parados y de los jubilados con los que nunca accedieron al mercado del empleo. El gran tragón logró comerse el jabalí a base de pan. De no ser por el pan.


Derechos o trabajo, no. Derechos y trabajo. Porque no hay mayor verdad hoy día que escuchar y atender el derecho al trabajo y el trabajo con derechos. Ya les digo. Oración copulativa. Ni disyuntivas ni adversativas. Para adversarios del progreso nos sobra y basta con el Psoe y sus coaliciones sindicales.

 

Un saludo.

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