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Francisco Velasco. Abogado e historiador

ARTUR MAS: PENOSO

 

 Hay derechas y derechas. Izquierdas e izquierdas. Ya me entienden. Lo de CiU es un híbrido monstruoso. Si Tarradellas contemplara la calidad de Artur Mas, se avergonzaría de esta derecha catalanista flaca en virtudes y oronda en demagogias. La herencia del Psoe ha venido a dar alas al independentismo caduco de convergentes y unionistas. Pep Montilla, tiene guasa lo de Pep en un cordobés, dejó tan arrasado el solar que el país emprendedor que fue Cataluña se ha convertido en territorio de funcionarios denostados y de politicastros de mala jaez.

 

El honorable, con perdón, nuevo president de la Generalitat ha suprimido el “molt” y ha dejado la honra a ras de fango. Me repugnan las personas que abusan de su poder para beneficiar a los ricos y aplastar a los pobres. Son los desechos humanos de una casta que no tiene más horizontes que su lujosa pervivencia. Artur Mas golpea el rostro de los más débiles. A los ancianos y a los discapacitados, un tijeretazo en los surcos profundos de sus arrugados rostros y de sus disminuidas facultades. Son viejos y casi inútiles, piensan. Ni protestan ni votan. Al personal sanitario, un bisturí de plástico, más barato. Da igual que se cierren quirófanos o que se suspendan consultas. Los pacientes, pues eso, a sufrir. Y a los maestros, ración doble de desprecio. Los alumnos suelen ser menores que ni pinchan ni cortan en la tarta electoral. Y es que no tenemos liquidez, se excusan los farsantes.

 

Mientras miles de ciudadanos tragan los sapos de esta partida de haraganes, el despilfarro institucional sigue arañando récords. La política de inmersión lingüística se come más de treinta mil millones de pesetas. La Administración paralela del Sindic de Greuges, dieciocho mil milloncejos más. Los convolutos a los medios afines, entre seis y diez mil millones del ala. Las embajadas de la desgracia exterior se llevan otra pasta. El capítulo de informes sobre el tono del rojo y del gualda de la enseña entra de lleno en la golfería andante. No hay líquido porque los amigos de CiU se emborrachan con las penurias de los más desvalidos.

 

En esta tesitura, aparece la imagen trajeada y encorbatada del expresidente del Parlament, el señor Benach, al lado de su flamante Audi tuneado. Y ya entonces, la bilis se remueve en tu interior y el cerebro lucha por retenerla a fin de controlar los espasmos táctiles de echar la mano al cuello a más de uno de estos canallas. El mozo de Ezquerra Republicana presenta las trazas del burgués más desahogado. Las trazas y el diseño interior. Un coche de ochenta mil euros para un señorito catalán que vende la segregación de la comunidad a precio de caballo de vapor. Una joya de la izquierda más estalinista y del totalitarismo más racial.

 

Artur. Mas. Contra los pobres. A las grandes fortunas, anuncia, un impuesto particular. Habrá que verlo. Si quiere poner en el otro platillo de la balanza este tributo, necesitará mucha paja añadida para restablecer el equilibrio imposible.

 

Mas es de derecha facha y Benach de la fachosa izquierda. Lo que yo digo. Ideologías como la de estos individuos se venden en el mercadillo de mi barrio a euro la docena. Y regalan una foto de Mussolini o de Castro. A elegir. Mas no puede llegar a menos.

 

Un saludo.

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