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Francisco Velasco. Abogado e historiador

EL RAYO QUE NO CESA

 

 La Junta de Andalucía de Griñán y de Chaves es el rayo que no cesa. En la tormenta perfecta de vendavales de desempleados, de truenos funcionariales, de diluvio de recorte pensionistas, de ciclones maleducacionales, de frentes ocluidos sanitarios y de atmósfera social y económica incontrolable, el capitán del barco gubernamental de San Telmo se dedica a buscar las cosquillas a un comunicador honrado. Con la que está cayendo, Griñán no tiene otra cosa que hacer, el pobre, que llenar los juzgados de papeles con tal de cerrar la boca al presentador estrella de Canal Luz Televisión.

 

Se les ve el plumero a estos dirigentes de pacotilla. Se cuelan por los esfínteres de su propia incapacidad de micción para no echar gota. Quieren la cabeza de Paco Morán. El hombre que ha sabido poner contra las cuerdas de la opinión pública onubense y sevillana a toda una panda de desharrapados políticos, sufre la persecución injusta del poder instituido. Uno contra una caterva de poderosos. Ahí lo tienen. Enhiesta la vela del liviano balandro en porfía con el destructor acorazado.

 

En las dictaduras más crueles, el primer mástil que desarbolan es el de la libertad de expresión. Durante el franquismo, si los ciudadanos querían medio enterarse de qué iba la cosa política, no sintonizaban Radio Nacional. Buscaban en el dial, con todas las dificultades del mundo, Radio París. Si te pillaban escuchando aquella emisora, podías ser reo de alta conspiración. La situación está marchando por caminos regresivos. Los mandamases del partido que fue socialista y obrero están conduciendo al país a estados psicológicos de retroceso, a formas de conducta propias de etapas que pensábamos superadas. Como son incapaces de resolver sus conflictos internos y se evidencia la impotencia de sus tensiones partidarias, los tuercebotas de la Junta compensan sus frustraciones delictivas a través del acoso constante a un trabajador de los medios.

 

Me río del expediente abierto a la emisora de Paco Morán. Me río pero maldita la gracia que me hace. Hacen trizas los derechos de las personas y hasta que no disparan allá donde la muerte sea irreversible, no paran. Siendo imponente la fuerza de la Administración que controlan, buscan el amparo de la jurisdicción a ver si suena la flauta y algún juez de sus colores se atreve a colaborar en el intento maligno de cerrar un medio de comunicación. Son roedores infestos a la espera de un Hamelin lo bastante diestro para despeñarlos por los acantilados hacia el mar. El 22-M les ha puesto de los nervios y aceleran el paso a fin de aplastar con sus botas claveteadas de hierro a cualquiera que ose hacerles frente. Perder el poder sería tanto como ver esfumarse los privilegios innobles de los que gozan frente al sufrimiento del pueblo.

 

Cerrar una emisora de radio es la coartada que se buscan algunos pandilleros de la Junta. Lo que persiguen en realidad es que enmudezca el cantor. Miles de emisoras como la que dirige Paco Morán están abiertas por toda la geografía española. Ellos sólo atentan contra una: la del presentador director de Debates en Antena. Los jueces saben que el cierre de un medio de comunicación debe responder a elementos jurídicos de peso, de forma tal que exista apariencia de buen derecho, que no se cause un perjuicio irreparable y que no se vulnere ningún derecho fundamental. Las resoluciones de los jueces deben ser congruentes, motivadas y, por supuesto, proporcionadas. Los junteros saben bien que sus acusaciones no son sino pataletas de esbirros que han puesto una cruz de muerte en el casillero de un ciudadano valiente y cabal. Como no tienen lo que se ha de poseer, quieren que la justicia manipule las leyes y que desenvainen la espada de la prevaricación. Son actuaciones propias de los mariojimenez de turno.

 

Los ciudadanos libres defendemos las causas justas. La libertad y la justicia andan de la mano. No es posible una sin la otra. Por eso, condenamos a los liberticidas y a los injustos. Sobre todo si se sitúan entre las bambalinas de las instituciones democráticas. Contra golfos y canallas de esa ralea nos posicionamos. Junto a gente patriota y leal, como Paco Morán, nos alineamos.

 

Un saludo.

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