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Francisco Velasco. Abogado e historiador

INSACULAR

 

 Sepan. Sépanlo. La palabra ensacular no está en el diccionario de la real academia. Insacular, sí. Eso de poner en el mismo saco de maldad a “to quisque” es, de lejos, uno de los deportes nacionales más practicados. To er mundo e malo.

 

Cuando queremos excusar a alguien o, por el contrario, pretendemos rebajar su nivel de responsabilidad, acudimos prestos al “y tú más” o al “todos son iguales”. El mismo saco para los malhechores más “joputas” que para los inocentes momentáneamente descarriados. Así somos. Así.

 

El estallido de “Democracia Real Ya” ha pillado de sorpresa a muchos. A los no avisados. Incluso a los que temían un movimiento populachero de esta guisa pero que desconocían el calendario del “performance”. Este domingo pasado era el día “D”. “D” de domingo, “D” de democracia y “D” de “dizquierdosos”. Piden los señores y señoras un cambio político y social. No se lo creen ni ellos. Se puede reclamar al maestro fresador un defecto en la maquinaria, pero no la venta de fresas en mal estado. Parece lo mismo pero son conceptos opuestos. Se juega con los términos y se acaba corrompiendo la lengua. Por más que la de muchos facinerosos se macera diariamente en la corrupción más abyecta.

 

Democracia Real Ya tiene de espontáneo lo que uno de pariente de Zapatero, y de derechas lo que Lenin y Trostky juntos. O sea, nada. Los manifestantes y los campistas de ocasión protestan contra la crisis económica, contra la clase política y contra la casta de banqueros. Lo que no explicitan, ya se cuidan, es a quiénes dirigen sus reivindicaciones justísimas. Si es al Gobierno de España, deberán pedir cuentas al Psoe de Zapatero y no al PP de Rajoy, que ya quisiera advenir al poder. La confusión no es casual. Tiene retranca y trastienda. Se insacula al autor de la crisis más monumental que hemos padecido los españoles, con el vecino que aguarda en la cola del autobús la llegada del transporte público. Cosa rara. A ambos se destripa por igual. En Andalucía, los caminantes de domingo incurren en el mismo error de interpretación: Arenas es tan responsable de la calamidad como Chaves o Griñán. Cuando el primero es aspirante a... y los segundos detentadores y ostentadores de... Extrañeza. ¿Verdad?

 

Concluida la escena de presentaciones, los mayores abandonan la comitiva. Los jóvenes prosiguen con el lema: “únete”. ¿O era “ugeté? No, por favor, ugeté es buena, se delata solito uno de los muchachotes coreadores. Únete, insiste, no ugeté. Ellos son de los nuestros. Más educación y menos policía. En realidad quieren decir: más cursitos de formación para maquillar el paro y menos policías para no prender a los mangantes de los expedientes de regulación de empleo. Se indignan pero, en verdad, simulan el dolor. Combaten, sí, pero a la Oposición que se acerca con peligro. Infiltran antisistemas para alterar el orden público. Amenazan y no golpean. Acampan en la madrileña Puerta del Sol (PP de Esperanza Aguirre) pero no en la sevillana Plaza Nueva (PSOE de Monteseirín). Cómo saben los chavales. Lo bien que ejecutan los planes ajenos.

 

En tanto, la debacle electoral puede echar por tierra las golferías y canalladas de los que están detrás de Democracia Real Ya. Antes de que la catástrofe se aparezca en forma de pucherazo, dan a entender que el recipiente de los votos es demasiado frágil. Lo mismito que con la hoja de ruta de Eguiguren y Usabiaga. Se va cumpliendo con la fidelidad de las pegatinas. La democracia real ya no es sino la fingida dictadura, ar. O los españoles votan a los de siempre o el espíritu de Atocha se hará presente de nuevo. ¿Que no se lo creen? Tiempo al tiempo. Y a Rubalcaba, un micrófono. Introdúzcanlo en el saco, junto a ZP y otros compinches bellacos. Ciérrenlo herméticamente. Algún agujerito para respirar y un pequeño orificio para ver. La llegada de la democracia imperfecta. Pero democracia, al fin. Como la propia humanidad.

 

Un saludo.

 

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