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Francisco Velasco. Abogado e historiador

TELE 5: SÍNTESIS NO ES RESUMEN

 

 La vida no es un resumen. En unas horas se puede, únicamente, abreviar lo esencial de un recorrido de años. Sintetizar es otra cosa. El compendio de la materia es la composición de un todo por la suma de sus partes. La confusión entre resumen y síntesis genera equívocos añadidos. El resumen bebe del extracto, de la sinopsis, de la recopilación. La síntesis es el fruto de la composición de un cuerpo o de un conjunto a partir de sus elementos, previamente separados en un proceso de análisis. En el campo jurídico, la síntesis se produce cuando integra en su texto todos los contenidos analizados en el transcurso del procedimiento.

 

La sentencia no es, necesariamente, la síntesis. Se ha podido llevar a cabo un análisis pormenorizado y exhaustivo de cada una de las piezas de la investigación y del sumario, pero ciertos aspectos han podido quedar desnaturalizados, desvaídos u olvidados. En cuyo caso, se dictará sentencia a sabiendas de su aproximación a la verdad, pero sin ser la verdad misma. En ese contexto, la sentencia incurrirá en lo injusto.

 

El caso Mariluz. Todavía no hay sentencia. Ésta ha podido dictarse y publicarse días atrás. No ha sido así. El tribunal resolverá una vez haya conformado un corpus jurídico que le proporcionan, durante el juicio, los documentos, los testimonios y los peritajes presentados. Sin embargo, en todos ellos repta el fantasma de la falsedad, de la comedida declaración, del informe pericial retenido. Pese a esos contingentes, el juez falla. Su fallo nunca será síntesis. Si acaso, resumen de lo vivido, de lo experimentado, de lo aprehendido, de lo intuido, de lo supuesto. Uno acepta, pero no está convencido.

 

El descubrimiento de la verdad no es admisible si no se tiene en cuenta la licitud de los medios. El fin sólo justifica los medios en regímenes fascistas y totalitarios. Los estados de derecho renuncian a la verdad a cambio de la defensa de las garantías. De manera legal, pues, la síntesis se desvanece en beneficio de otros conceptos. Hay que reconocer que los jueces no son dioses ni los ciudadanos, borregos. De igual modo es preciso enunciar que la sociedad que se da a sí misma un sistema jurídico, no puede modificar un día sí y otro también sus reglas de juego.

 

La polémica, tan antigua como el mundo, recobra actualidad a raíz de las declaraciones de Isabel Delgado, la esposa del principal acusado de la muerte (homicidio, asesinato, a saber) de la niña Mariluz Cortés. Lo que en sede judicial declaró la inefable señora es diametralmente distinto a lo que ha respondido a una periodista de Tele 5. Estuve en la sesión presencial en la que testificó la esposa de Santiago del Valle. Desde mi experiencia vital y profesional, no albergué duda alguna sobre la mendacidad de su testimonio. Ninguna. Sabía qué decir y cómo hacerlo. Incluso mostró su raza de actriz mundana al evidenciar según qué estados de ansiedad. Sus palabras en la Vista son las que determinarán, entre otras conclusiones parciales, la resolución judicial. A tal punto, que su marido podría salir indemne de los cargos si no aparecen pruebas incriminatorias o indicios de envergadura.

 

A esto, que la cadena Tele 5 emite una entrevista con la susodicha Isabel. Al aire libre. Con cámaras de espectáculo y sin grabaciones de Audiencia pública. La mujer confiesa. Señala al autor del crimen. Se desdice de cuanto manifestó en el palacio de justicia de Huelva. Ya no vale. Sus revelaciones televisivas no han de repercutir en el animus decidendi. La sentencia que se pronuncie nunca será, por tanto, una auténtica síntesis. Como mucho, un resumen adosado.

 

La cadena privada de televisión ha tenido un importante papel en el conocimiento de la verdad del caso. Puede no ser útil para determinar la catadura del autor del crimen. Sin embargo, sí es valioso a fin de demostrar a todos que aunque el fin no justifica los medios, los medios sí son necesarios para lograr ese fin. Cualesquiera que acusen a los periodistas de falta de deontología, deben mirarse su interior y reflexionar sobre la hipocresía de sus almas. Aun cuando salga absuelto el criminal, todos sabremos a qué atenernos -y él, el primero- ante la contemplación de este individuo. En cuanto a los tribunales, deberán proceder por sendas en los que sus sentencias sean síntesis, pero no resúmenes.

 

Un saludo.

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