SORTU
Bilbao, España, sábado, 19 de febrero de 2011. Cinco y media de la tarde. Manifestación de algunos miles de personas. Aitor Bezares, juntero de ANV: “«esta ola que se levanta hoy puede convertirse en la inundación de mañana». Lo recoge el diario Gara. En la cita, PNV y Eusko Alkartasuna. Justifican su presencia con el recurrente tópico de su defensa a principios como la democracia, el derecho a la libertad de expresión y participación». Ni ellos se lo creen. Ni tampoco Joan Ridao, diputado de Ezquerra en el Congreso.
Discursos de recorrido fascista. Frases de este tenor: “eco ensordecedor ha de retumbar allá donde corresponda”, “la esperanza comienza a entrar de nuevo en la sociedad vasca”. De la esperanza a la amenaza: “lo que defendemos hoy representa sólo un paso”. El siguiente, ETA. Si quieres la paz, legaliza a la banda. Que no lo dude el estado español: ETA será Sortu porque Sortu es ETA. Por las buenas o por las malas. Los asesinos etarras necesitan financiación y la mejor bolsa la proporciona el contribuyente público. No admitiremos un no por respuesta. El órdago está lanzado.
El Gobierno tiene la palabra. Los ingenieros del quiebro y del recoveco, del atajo y del laberinto, diseñan el modo de esquivar el peligro que se cierne. La legalización de la marca legal de ETA supondrá un traslado chorreante de votos al PP. El informe de la Fiscalía que dirige el sumiso Conde Pumpido, pasará la pelota al Supremo. Luego, vendrá el recurso ante el Constitucional. Será éste el que decida legalizar. Zapatero tira la piedra y esconde la mano. Que se mojen los magistrados. Como si no supiéramos quiénes eligen a esos intérpretes de la Carta Magna. Los tres poderes en uno. Lubricante asegurado.
Lo aseguran la Policía Nacional y la Guardia Civil. Sortu heredará el patrimonio sangriento de Batasuna y de ETA. El patrimonio y la nuca de los españoles. Un instrumento más de acoso a la ciudadanía. Se enfundan la saya del proceso democrático y esconden bajo los faldones la magnum, la parabellum, la trinitroglicerina y todo el arsenal de los asesinos más rabiosos.
ETA fusila unos Estatutos. El texto más jurídico del mundo. Confome a la Ley de partidos. Tan veraz como Jomeini adorando al dios de los cristianos. Sólo se lo cree el Tribunal Constitucional. Tan independiente del Gobierno como la Fiscalía General. Cualquier banda internacional de narcotraficantes adaptaría a la legalidad su código secreto con tal de seguir con el negocio sin temer la intervención de las fuerzas de seguridad. Así, cualquiera.
La cosa es más sencilla que todo esto. Celebraríamos que Sortu manifestara una intención auténtica de condenar el asesinato, el chantaje y la violencia. No condena. Se limita a rechazar. Ni siquiera repudia o repele. Eufemismo innoble y cobarde. ETA es su arma letal. Sin ella, no tienen “cojonces” para jugar este encuentro. Su horizonte cercano de independencia radica en la fortaleza del primo etarra de zumosol. Si no, de qué. Esta gentuza vive de la cobardía de unos y del miedo de los otros. Forman gangs que condicionan la vida de todo un pueblo.
El Gobierno está con ellos. Por acción cooperadora o por omisión cómplice. Toda institución que apoye al grupo de bandidos, traidora es. Desde el Gobierno a los tribunales. Para este viaje, necesitamos alforjas de estado serio y comprometido. En caso contrario, España dejará de ser el estado. Sortu, ilegal. Ilegal. ETA, fuera. O que entregue las armas y ajuste sus cuentas con las leyes.
Un saludo.
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