MERCASEVILLA: YO NO HE SIDO
A juzgar por la actividad desplegada, la juez Alaya quiere investigar a fondo el asuntillo Mercasevilla. Asuntillo. Sin importancia. Cuando el Psoe sevillano de Viera y Monteseirín mete la pata y la mano, el delito es simple chiquillada y el mangoneo, coyuntural estado de necesidad. Rodrigo Torrijos, aliado o cómplice de los psoecialistas en el Ayuntamiento capitalino, entona como nadie el himno anarcosindicalista: a las barricadas. Lo actualiza el hombre, no obstante. Ahora lo denomina “a las mariscadas”. Dios los cría y ellos se juntan. En Sevilla o en Lugo.
Por qué será que el campo donde crece un trigal, arraiga la mala hierba de la corrupción y tras ella aparece un troll psoecialista. Por qué será. El que fuera Consejero de Empleo, Antonio Fernández, ha sido citado como testigo en esta pequeñez de Sevillamerca. Apenas medio milloncejo de euros están en juego y un intento de soborno en offside. No se preocupen. Pierdan cuidado. El exconsejero mal aconsejado es inocente, nada tiene que ver con el tema, es que ni siquiera se acuerda cuándo fue nombrado para el cargo ni si alguna vez lo ejerció. Lo de la memoria sí que es un problema.
Mercasevilla es una empresa pública. Ojo. A estas alturas del partido, no sé si es una de las que Griñán quiere agencializar para hacer de sus empleados funcionarios públicos. No lo sé. Lo que sí sé es que Torrijos, de la izquierda unida al psoe que deja hundida a la causa de la izquierda, es vicepresidente de la misma. Allí estaba el hombre, dándose/recibiendo un homenaje a cuenta del ingenuo contribuyente y en honor al sufrido pentamillón de parados españoles. Torrijos y Recio, Monteseirín y Viera, andan a la greña por unos cuantos miles de euros. Total. Una miseria comparado con lo que podrían haberse llevado. Y Antonio Fernández, el gran desempleador de esta Andalucía de nuestras entretelas, enfangado en el ERE. Lo suyo es más que un simple ERE. Es un ERRE, tal su capacidad de reincidencia y de destrucción.
Como quien la cosa no va consigo y el mefítico olor a mangancia proviniera de fuente distinta, el candidato del Psoe a la alcaldía hispalense dice ahora que él va a arreglar, de un tajo en el cuello de sus competidores, el tema. Se pone en duda si el programa electoral del señor Espadas incluye modificar el actual plan general de ordenación urbana y construirse un “chalete” junto a la Giralda. Y el que quiera langosta, bogavante o crustáceos tipo nécora, que no se reprima. Ahora, eso sí, a la hora de degustar tan sabroso bocado, que deje la torrija en casa, aguce la vista, afine el oido, se desmarque de fotógrafos, despiece la factura, modifique el concepto y pase a intervención municipal el cuantioso gasto como menú del día de los trescientos sesenta y cinco días de ese años. Y si fuera bisiesto, uno más. Así colará y la derechona ni la prensa afecta se enterará de nada.
Mercasevilla es una vergüenza. Salvo que la magistrada juez del Juzgado de Instrucción nº 6 de Sevilla se rinda ante los resaltos himaláyicos que colocan los amigos de los imputados, los ediles y parlamentarios psoecialistas van a ir a la trena. Si la juez se rinde, entonces seguirán en la calle. Dentro o fuera, estos angelitos seguirán disfrutando del noble arte de tomar el pelo a todo el mundo.
Hay que reconocerlo. Su estómago debe ser la cueva de Alí Babá para comerse la hacienda pública cuando el desempleo acrecienta la crisis y la crisis incrementa el desempleo. A base de pankreoflat.
Un saludo.
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