LA VERDAD DE LAS ARMAS
Las armas de ETA son de verdad. De las que matan. Armas de muerte y de dolor. La verdad de las armas pasa por la mentira de las promesas. ETA es sanguinaria. Su sangre se escribe con la parabellum. Parabellum. Prepara la guerra. Si vis pacem, para bellum. Julio César. Acaso Vegecio. La condicional es la búsqueda de la paz. La paz imposible en una selva de fieras.
Las palabras del delincuente Otegi sobre condena de la violencia huelen a rancia traición. Decía Schopenhauer que con ciertas personas es preferible la traición a la desconfianza. Antes, casi dos siglos antes, La Rochefoucauld afirmaba que la debilidad genera más traiciones que la voluntad renegadora.
Miedo y debilidad se dan la mano en el Gobierno de Zapatero. Debilidad del traidor que se quiere justificar como generosidad de diálogo. Mentira. Cada palabra de Rubalcaba se acuña en la horma de su interés partidista. La paz de ETA sólo vale si los réditos electorales se presumen cuantiosos. Que no, tres pitos importan al exportavoz del Gobierno de los GAL que la banda etarra firme un armisticio. Sería allanar el camino a la derecha que viene. No. Los débiles y los traidores comen del mismo mísero plato de lentejas.
Creer es sencillo. La credulidad se esponja en el charco de la certeza tangible. Creer es tener fe y ésta nace del mismo vientre que la caridad y la esperanza. La fortaleza se aloja en el castillo de la duda. He leído las declaraciones de Monseñor Blázquez. No se sustrae el obispo de Bilbao al determinismo geográfico e histórico de la sede de su apostolado. Entiende el prelado lo que Freud opinaba sobre la fe. Que confundimos deseo con realidad y que la confusión es producto de nuestra necesidad de hacer un dios a nuestra medida y de construir un orden moral a imagen y semejanza de la necesidad perentoria.
Todos hablan de que la organización matarife que ETA es, deje las armas. Sería la palabra hecha providencia. Las armas son verdad recurrente. Recurso de paso y útil de mano. El recurso es un bien, un acción, un procedimiento. Ni más ni menos. Se exige a ETA que entregue sus recursos armados. Se la insta a condenar la violencia. Pura palabrería engañabobos. A ETA hay que rendirla. Rendirla con el fragor de la ley y la fuerza de la coherencia política. Si Otegi y su tropa asesina no renuncian a la independencia del País Vasco, todo lo demás huelga. Luces de neón que consumen energía a cambio de escasa luz.
Zapatero y sus seguidores deben exponer esta máxima: no cabe la independencia de ninguna región de España. En el estado de derecho que España es, no tiene cabida el chantaje segregador. Que puede hacerse un espacio a la intención separatista, nada que objetar si se modifica la Carta Magna. En caso contrario, la democracia debe oponerse con firmeza. Es muy fácil. Se cambia la Constitución mediante la vía contemplada al efecto y, hala, independencia para Euskadi. Muy bien. El pueblo español, que es soberano, ha hablado. Albricias.
En tanto eso ocurra, las armas se entregarán o no. Sin embargo, lo realmente importante es que ETA renuncie a la independencia. Si no declara la mayor, el resto de evacuaciones verbales serán gaitas. Gaitas. Tamboriles de nuevas guerras. Y no. Eso, no. Las armas no dicen verdad pero la imponen.
Un saludo.
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