DE ANGUITA A LÓPEZ GARRIDO
Del día a la noche. De la vergüenza al avergonzamiento. De la rectitud a la curvatura. De la integridad a la desintegración. De Anguita a López Garrido. Madre, cuántos años luz entre uno y otro.
Declaraba Julio Anguita en una emisora nacional (España sí es nación), ES RADIO, que tildarle de progre es un insulto. Si don Julio es un político (en la reserva, pero político) renovador e innovador, ¿por qué rechaza la calificación de progre? Porque don Julio es un hombre que se viste por los pies. Uno discrepará, en mayor o menor medida, de la ideología del señor Anguita, pero lo que se le reconoce es hombría de bien. Y un hombre de bien no permite que se le llame progre cuando este concepto designa a un conjunto de personas supuestamente defensoras de valores fundamentales como la libertad, la igualdad o la solidaridad, pero que en la práctica cotidiana se muestran como individuos egoístas, sicarios del poder, estómagos llenos, incoherencia caminante y galopante falsedad.
Hace bien don Julio en ofenderse por lo de progre, máxime cuando él actúa por derecho y no se esconde en la grey para atacar al adversario político por el mero hecho de serlo. Hace bien. A veces, es preferible ser facha, porque al menos tiene principios y no se oculta tras careta, que progre, porque de entrada y de salida, sólo busca dinero y poder, amparado tras una máscara perversa de honradez. Dinero y poder. Al precio que sea y cueste lo que cueste.
Militaron ambos en Izquierda Unida. Anguita y López Garrido. El primero fue maestro de escuela. El segundo, catedrático de universidad. El primero sigue en su formación política. El segundo, en la casa rica del PSOE. El primero mama buena leche. El segundo destila bilis. El primero no ha sido imputado por un presunto delito de prevaricación. El segundo, sí.
Anguita es de izquierdas. Leal con la izquierda. López Garrido es del PSOE. Fiel al amo que le da de comer. ZP es... Ni ZP lo sabe. Desde luego, coherente, no. Ni una "miajita".
Un saludo.
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