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Francisco Velasco. Abogado e historiador

¿LA BOLSA ENGAÑA?


 La Bolsa ha superado el listón de los 11.000. Concretamente, el IBEX 35 cerró en máximos anuales de 11.161 puntos.

 La palanca que ha levantado la pesada carga de meses de descenso ha sido, no podía ser de otra forma, las ganancias de los grandes y medianos bancos así como el enorme influjo de Telefónica. Dos operadores han intervenido para accionar esta palanca: las declaraciones de Bernanke, el presidente de la Reserva Federal USA, y las buenas noticias procedentes del mercado norteamericano de la vivienda.

 Incluso el grupo PRISA se ha revalorizado al hilo de su asociación con una empresa, estadounidense por supuesto. Para espectacular, el repunte de la Inmobiliaria AISA, cuyo descenso, hace un año, fue tan alarmante que la obligó a abandonar el parquet. Sus acciones siguen la tendencia alcista de otras empresas del sector, especialmente Reyal Urbis. ¿Se ha desvanecido la densa niebla que no dejaba emprender la venta de pisos o, acaso, el mercado va a mejorar de manera inmediata? Movimientos especulativos. Este articulista ya lo anunciaba en su reciente artículo "El petróleo muerde a la economía". Movimientos especulativos. Mucho capital y poca gestión. Lo cual viene a poner en duda la solidez del alza.

 Insisto. Si la Bolsa sigue un camino de progreso sin que se haya alcanzado un diagnóstico cierto y severo de las causas que provocaron su desplome, lleven las manos a los bolsillos. O juegan con el dinero de muchos pequeños inversores o los "neocons" no son tan malos o alguien busca dinero fácil a corto plazo o un nuevo engaño se está fraguando.

 Los pisos no son simios. El mercado secundario está demasiado parado para que el señuelo de rebajas sustanciosas en los pisos nuevos haga picar a demasiados incautos. Esos pisos nuevos invendidos forman parte, ya, por su propia demora en la venta, del mercado de pisos usados. No disfrutados pero usados. No habitados pero usados.

 El Gobierno debe estar atento a la evolución de la Bolsa. No quiera hacerse cómplice de especuladores sin alma que buscan enriquecerse a costa de los curritos de siempre. Muchos han perdido sus ahorros de por vida. No todos los hemos perdido. Atención a los que venden duros por tres pesetas. Son estafadores. No se dejen estafar.

 Un saludo.

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