EN CALIENTE, NO. EN FRIO, MENOS
Hacerla y no enmendarla. Equivocarse y no rectificar. Errar y enfangarse en el error. Estas expresiones, tan humanas, adquieren una dimensión gigantesca en la clase política. El problema es que las susodichas expresiones manifiestan actitudes y las actitudes son la antesala del acto. Acto. Acción. Ser o no ser. He ahí la cuestión. Dícese que de sabios es rectificar. Dícese que de humildes es corregir. Inteligencia y ética. Ética e inteligencia. De un valor -la ética- y de ua cualidad -la inteligencia- están ayunos los políticos. Su orfandad ética e intelectual halla uno de sus máximos exponentes en las leyes que ellos redactan y que, a la luz de sus defectos o de sus carencias, no revocan.
Existe toda una casuística de cuanto expongo. No obstante, me centraré en dos ejemplos de actualidad que, como solemos decir los de Huelva, "claman al cielo".
El primero de ellos es la ley del menor. Da igual que gobierne el PSOE o que lo haga el PP. Lo que no da igual es que ningún grupo político lidere, de verdad, sin demagogias, sin tratar de aprovechar la coyuntura política, la iniciativa parlamentaria para reformarla. Los recientes casos de violaciones y muertes que han golpeado a la sociedad española han levantado mares de críticas. Ante ellas, ¿qué ha hecho el Gobierno? Lo de siempre. Lanzar brindis al sol y proclamar a los cuatro vientos que, en caliente, no se pueden tomar decisiones de este calado. La cantinela se repite hoy. Se pone de relieve la consigna ayer dada: en caliente, no. La ley no se reforma ni en caliente ni en frio. Y mientras, la angustia del pasado se recrudece en el presente y su amenaza se abre hueco en el futuro. En caliente, no. ¡Qué va a rectificar el Gobierno! Se protege a los menores verdugos y se abandona a los menores víctimas. En caliente, no. Recuerda la leyenda que reza en los azulejos de algunos bares: "hoy no se fía; mañana, sí". En caliente, no. En frio, menos.
ETA. Ni en caliente ni en frio. Lo de ETA no es ya un clamor. Lo de ETA es la vergüenza de un país dizque democrático. El Gobierno ha renunciado -parece ser- a dialogar con la banda terrorista. Ha tardado cuatro años en enterarse de que con esa panda de cobardes asesinos no puede levantarse puente alguno de entendimiento. El atentado de la T-4 madrileña fue calificado, ¿quien tiene boca se equivoca?, por Zapatero como accidente. -"No habrá negociaciones", dijo. Las hubo, vaya si las hubo. El aliento nacionalista es demasiado fuerte para que el Gobierno, débil hasta la náusea, se enfrente con valentía a
esta lacra que no busca sino la ruptura de la unidad de España. Y mientras esto ocurre, el artículo 139 de la Constitución ("Todos los españoles tienen los mismos derechos y obligaciones en cualquier parte del territorio del Estado"), resulta risible, objeto de mofa, texto de burla. Los mismos derechos en Huelva que en San Sebastián o en Girona. ¡Ja!
La ruptura de la igualdad sería causa de peso suficiente para aplicar el artículo 155 de nuestra Carta Magna. ¿Que qué dice? Lean:
Artículo 155.1. "Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras Leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general".
¿Creen ustedes que ZP tiene valor o capacidad para seguir el mandato constitucional? En caliente, no. En frio, pues claro que no. Mientras, que ETA siga matando y que la nave peneuvista siga surcando mares de suciedad. Ni en caliente ni en frio. Ni inteligencia ni ética. ¿A dónde vamos con este Gobierno? "Chi lo sa". Cualquiera sabe. Desde luego, a nada bueno.
Un saludo.
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