LA VOZ DE SU AMO
Alguna vez este articulista ha insistido en la necesidad de fundamentar las palabras; en la obligación moral (e incluso legal) de probar nuestros discursos; en la conveniencia por higiene democrática de evitar que nuestra libertad de expresión vulnere el honor de las personas; en la necesidad de erradicar la corrupción, de todo tipo y de todo signo, que amenaza nuestra sociedad; en la urgencia de eliminar cualquier brote violento en una población que ama la paz; en la exigencia de que las palabras (la mayéutica socrática) actúen como armas afiladas para destapar/denunciar los crímenes de toda índole, vengan de donde vengan mostrando que el verbo no es mercenario, es decir, no está al servicio de nada ni de nadie a cambio de dinero, de prebendas, de privilegios. He insistido. E insisto.
La señora Leire Pajín ha declarado: "Este gobierno apuesta por el empleo". Estupefacto me deja si se atreve a apostar. Claro, que no sé a cuál de las acepciones del infinitivo apostar se refiere. Si a pactar entre sí los que discrepan que aquel que no tenga razón o esté equivocado es el que pierde la cantidad de dinero o cualquier otra cosa que se determine. Si adepositar la confianza en una persona, idea o iniciativa que entraña cierto riesgo. O si a situarse una o más personas en determinado lugar para algún fin. No lo sé. Si apuesta con su dinero, y no con el de los contribuyentes, allá ella. Pero seguro que no es es con el peculio propio. Si no apuesta y sí se aposta, entonces, dispara a todo lo que se huele a la derecha, caiga quien caiga.
Leire Pajín, que es Secretaria de Organización del PSOE, trabaja, pues, al servicio de este partido político. De él cobra y ante él responde. De ahí que la permanencia en su cargo dependerá de lo bien que responda y sus ingresos estarán en función de esta premisa. Pero le pregunto: ¿es verdad, señora Pajín, que este año percibe más de doce mil (12.000) euros mensuales, o sea, dos millones de pesetas al mes, como se publica por ahí? Mucho dinero, ¿no? Claro, que habrá que preguntarse qué credibilidad posee esta señora cuando suelta perlas de la siguiente suerte: "El Gobierno sigue apostando por el empleo" o "La Seguridad Social acabará el año con superávit" o "Zapatero es un hombre muy comprometido con los valores del partido" o "que el fichaje de Rosa Aguilar es un lujo para el partido en Andalucía".
Todas estas declaraciones pudieran ser aceptables desde el momento en que se expresan con una finalidad de autodefensa política. No serán creíbles pero pueden ser legítimas en cuanto manifiestan una clara intención de defensa política. Lo que no es admisible, ni legal ni éticamente, es que se atreva a propagar infundios de este calibre: "El PP desea que suba el paro". Y acusa al partido de Rajoy de tener un "tono de deseo" cuando vaticina que el paro superará los 5 millones y de "ansiar" las malas noticias "sólo por desgastar al Gobierno", porque "les importa bien poco lo que suceda con los ciudadanos". Cree el ladrón que todos son de su condición,Muy fuerte. Muy falso. Muy inmundo.
En los años de la Transición del franquismo a la democracia, intérpretes hispanoamericanos como Facundo Cabral nos emocionaban a muchos cantando mensajes de libertad y de igualdad. Una de las letras que más sentimientos despertaban era la que decía: "las penas y las vaquillas se van por la misma senda; las penas son para nosotros, las vaquillas son ajenas". Las penas son para los trabajadores, para los parados, para los mileuristas, para los pobres. Las vaquillas, para los ricos, los políticos como Leire, los sociatas de alcurnia. La voz de su amo, Leire, siga la voz de su amo, pero no muerda a los que paseamos o a los que miramos. Mienta lo que quiera pero no atribuya a los demás sentimientos repulsivos. En todo caso, lo más decente es que no diga más mentiras o, por lo menos, que no se noten tanto. Las penas, para los obreros, para los proletarios. Las vacas para ustedes. Hártense. Ojalá les sienten bien.
Un saludo.
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