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Francisco Velasco. Abogado e historiador

EL HILO Y LAS PUNTADAS

 

                 Mi admirado Rubalcaba no deja de sacar la patita blanqueada por debajo de la puerta. De tanto engañar, no sabe si se encuentra en villamala o en villapeor. Aquí te dice una cosa y allí, la opuesta. Si Felipe apuesta por un gobierno de concentración nacional, Alfredo, que no se opone a su líder ni de broma, sí reitera su posición contraria a esa posibilidad. Con la boquita de piñón, claro. De esta forma, maneja los dos cabos de la cuerda de ahorcar al adversario. Si los separatismos catalán y vasco endurecen sus posiciones, el del Psoe se alinea con la tesis de su mentor. En cambio, si Mas y Urkullu balancean sus discursos, pues nada, a decantarse por una reforma constitucional que desemboque en el estado federal. El plan A y el plan B se confunden en el presente. Pero tiene más planes. Los planes de Rubalcaba son como los principios de algunos sujetos: se cambian sobre la marcha, como las chaquetas.

 

                Las estrategias del Psoe, de tan reiteradas y cansinas, no sorprenden a nadie. Sin embargo, los hay que caen en las fauces del voraz mentiroso. En el caso de Magdalena Álvarez, la basura es tan pestilente, que o la tiran al contenedor o se enfrentarán a graves problemas de higiene. Como son tan listos, ya han diseñado el túmulo de la interfecta política. Qué digo túmulo. Todo un panteón para la exministra, no sea que en su obligado retiro espiritual, sea poseída por los estigmas de la farfulla y se ponga a cantar lo de bailando bajo la lluvia. En castellano: que si ella sale húmeda, muchos van a tener que remojarse en fango.

 

                De todos modos, a rey muerto, rey puesto. Los maniobreros del partido ya han presentado sustitutos para acordonar sus influencias en el Banco Europeo de Inversiones. Uno, el inefable Valeriano Gómez, gran creador del traje de doble uso. Hoy, la pana obrera de la ugeté y, mañana, la seda armaniana del gobierno. Y todo ello, sin despeinarse. Otra, la enorme e impar Salgado, relevo zapateril de Solbes y muñidora, junto al leonés de Valladolid, de la más grave crisis económica sufrida en nuestra historia democrática. Angelitos. Nos quitan de en medio a Maleni y nos colocan a los santos caídos.

 

                Rajoy, mientras tanto, piensa. Duda entre decir no en castellano o en expresarse en  gallego. La señora Álvarez anclada al banco como una lapa y el mejillonero, dejándola en su sitio no sea que se resfríe. Hay que arrancarla ya. Hoy. So pena que de sus pecados veniales se quiera hacer solidario el PP. No se puede esperar a las elecciones europeas. La buena reputación del país no puede demorarse por un quítame allá un cese fulminante.

 

                O nos enteramos de una vez por todas que el hilo es más negro que los pulmones de un carbonero del diecinueve, o las puntadas al vestido nupcial llenarán de manchas indecentes la ceremonia completa.

 

Un saludo.

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