Blogia
Francisco Velasco. Abogado e historiador

EL COMPROMISO

 

 Eso de nadar y guardar la ropa siempre fue cosa de precavidos. Al menos, en su concepción literal y originaria. Cosa distinta es la proyección social del concepto. El cauto cede su asiento al cobarde redomado. El agua es un signo de vida pero también seno de muerte. El medio liquido carece de la seguridad que ofrece el sólido. En éste basta la marcha. Incluso la mera ausencia de movimiento. En aquél, se impone el braceo, el dinamismo, la inquietud. Agua y tierra simbolizan el menos y el mal de la seguridad. La desnudez del que se arriesga se enfrenta al vestir del que nada deja al albur.

 

Se atribuye a Freud la proposición “la vida humana se debate entre los polos de la seguridad y de la libertad. Términos inversamente proporcionales. Dice el proverbio que quien no arriesga, no gana. El riesgo es la piqueta que abre el túnel hacia la libertad, el componente que nos aleja de la cautividad, el cristal transparente que deja ver la claridad del interior. En la España de dos mil once, los políticos se han convertido en el estandarte de la oscuridad malsana. No importa la ideología. Lo que interesa es la realidad. Una sociedad triste que contempla a cinco millones de compatriotas parados con el silencio de los corderos, es una sociedad enferma. Españoles que se ahogan en las aguas sucias del desempleo, muestran la iniquidad de los gobernantes. Diputados y concejales que se forran a manos llenas, indican la infamia de un sistema caduco por corrupto y corrupto por insensato.

 

La fórmula equilibrista de Izquierda Unida abre los ojos y las mentes. Pocas veces se vio equilibrio tan inestable. El de un fino lápiz sustentado sobre su punta roma. Se apoyará a la lista más votada. Hala, la reedición del pilatesco lavado de manos. Triple salto mortal sobre cercana y sólida red. Agua que no has de beber, déjala correr. Lo de IU-Huelva es un escándalo. Dejar la presidencia de la Diputación en manos de la banda política más desaforadamente ruín que ha conocido la democracia, retrata al espectador de un asesinato que se niega a identificar al autor de la masacre en la preceptiva rueda de reconocimiento. Nada y guarda su ropa mientras contempla impasible e impávido la sonrisa carnicera del asesino y desvía su mirada cuando se cruza con los ojos implorantes de la familia de las víctimas.

 

Izquierda Unida ejercita su actio política, es verdad. Sin embargo, estrangula su principio moral. Sí, el norte de sus comportamientos individuales y colectivos. Tanto hablar de orientación ética y se come sus palabras regeneracionistas en la fuente sopera de la democracia más perversa servida por el chef de los pepinos envenenados. Dejar que Mario Jiménez mangonee las arcas provinciales es tan grave como permitir que la señora Petronila siga reventando la caja fuerte de esa institución. En cuyo caso, el primero hace de su pacto de progreso un acuerdo de retrocesión a la dictadura, y la segunda no sería el árbol derribado por el rayo de las urnas, sino la reencarnación del mal gobierno merced a los exorcismos impíos de un partido político que se autoproclama del pueblo.

 

El compromiso es la obligación contraída. La palabra dada. El paso siguiente a la denuncia y a la indignación. La libertad de combatir el mal y la perversión que oprimen a los ciudadanos. La regla del nueve que comprueba el ajuste de los actos a las promesas. La justa ira que acompaña a quien se rebela contra el pisoteo de los derechos básicos. La apuesta por respaldar a los más decentes. No todos los gobernantes son iguales. IU se autoinsacula entre los más pérfidos si, al final del túnel de su programa electoral, convierte su contenido en una piltrafa que no vale el papel de su impresión.

 

La cúpula dirigente del Psoe de Huelva y la élite del mal que gerencia el organismo supramunicipal como un cortijo de señoritos, como un coto de caza, está efecta del E. Coli. Cuántos han de morir mientras se permite seguir cultivando y comercializando el susodicho pepino. Cuántos. Pedro. Que, por fortuna para ti, no eres Diego. Ni Caio. Ni Gaspar. "Super hanc petram...aedificabis ecclesiam tuam". La tuya. La de los que mueren por la libertad y la honradez.

 

Un saludo.

0 comentarios