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Francisco Velasco. Abogado e historiador

TURBIDEZ Y MEMORIA

La dizque izquierda onubense es de pena. El otoño envuelve a la política en sombras. Sombras nacidas al sol de la fricción dolorosa que se acerca. El agua de Huelva corre túrbida. Toda una alegoría.


Algunos historiadores cerraron la Transición de manera anticipada. La voluntad de consenso del pueblo. Era necesario cerrar un capítulo. No de nuestra historia, sino de nuestra vida. El monstruo de odio y de muerte que fue la guerra sigue presente. Su presencia no es fantasmal. Es corpórea. En vez de aventar el espíritu bélico, se actualiza el ánimo revanchista.


La revancha comporta desquite. El desquite arrastra venganza. La venganza atiza el fuego del rencor. Y el rencor aviva la mala sangre. Mala sangre que persigue la revancha. Es el bucle del desamor. El círculo vicioso del odio más cainita. Intereses bastardos insuflan maldades nuevas para ensanchar la pira. Detrás de estos movimientos desestabilizadores no se encuentra la derecha. ¿Entonces?

un saludo

 No tengan duda. Es la izquierda. No la izquierda de convicciones rotundas, de limpia mano y de intachable recorrido. No. Esa izquierda era, y es, admirable. Es la izquierda extrema que ambiciona poder y dinero, que mece la cuna del desencuentro, que pretende la ruptura que no fue, en vez de la comprensión que sí floreció. Es la izquierda falsa que, hoy, provoca, bravuconea, hostiga, pincha y fanfarronea. La izquierda estomagante, árida de ideología y ávida de mando. La izquierda que no deja sitio para el apaciguamiento ni lugar para el sosiego, la serenidad y el diálogo. La izquierda que sólo cobija a la ofensa, al enojo y a la afrenta.


La izquierda mala, preñada de ideas satánicas. La izquierda charnega y maketa que implora el perdón por su pasado franquista. Izquierda de Mario, Javier o Zapatero, que esconde a sus ancestros de derechas. La izquierda conversa de la derecha que se convierte en Torquemada sanguinario. La izquierda cobarde que no promueve la república y no demanda la ruptura del Estado español por la vía legal. Por la vía legal, no se atreve esta izquierda de cartón piedra. Es la izquierda desmemoriada que no sabe leer para no avergonzarse de las palabras escritas. Es la izquierda cruel que llama a la ignorancia memoria y denomina historia al dolor presente de heridas no cicatrizadas.


Turbidez en la memoria. Agua clara.

 

Un saludo.

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